Vivir renovado: Cuando la historia de tu parto no fue como esperabasMuestra
El próximo paso correcto
Al terminar este Plan, toma un momento para admitir que puedes hacer cosas difíciles. No sólo has pasado por una dura experiencia con la historia de tu parto, sino que estás haciendo un profundo trabajo para sanarte de ella.
Sigue invitando a Dios a tu dolor. No tienes que reconstruirte antes de ir a Jesús. Él desea todo, aun las partes que se sienten rotas. Continúa buscándole sobre todo lo demás, y día a día Él pelará las capas de tu corazón y te ayudará a sanar, inclusive tus heridas más profundas.
En este proceso espiritual de cuidado de heridas, recuerda que no pasa nada si no te sientes “normal”, porque lo que has vivido no es normal. Permítete sentir lo que sientes. Date espacio para procesar y sigue recordándote que puedes hacer cosas difíciles.
Fuiste llamada. Eres una guerrera. Puedes presionar en tu herida con confianza porque nunca estás sola. El Creador de los cielos y la tierra está a tu lado, peleando contigo. Lo que tu enemigo espiritual hizo para mal Dios puede y lo usará para tu bien.
Escuché una vez una cita del autor y pastor Alan Redpath que decía: “No hay nada, circunstancia, problema, prueba; que pueda siquiera tocarme hasta que, primero, haya pasado a Dios y a Cristo a través de mí. Si ha llegado tan lejos, ha venido con un gran propósito, que no puedo entender en este momento. Pero me niego a entrar en pánico, al levantar mis ojos hacia Él y aceptarlo como que viene del trono de Dios por algún gran propósito de bendición a mi corazón. Ninguna pena me molestará, ninguna pena me perturbará, porque reposaré en el gozo de lo que mi Señor es. Ese es el descanso de victoria”.
Aun cuando lo que pasó no parece justo, puedes elegir confiar en la bondad de Dios y permanecer enfocada en tu próximo paso correcto.
Ya has dado un paso importante: viniste por ti misma a leer este Plan. Entonces, ¿qué sigue? Quizás sea ser valiente y pedir ayuda. Quizás necesites escribir afirmaciones que te recuerden la verdad de Dios y colgarlas en tu espejo para verlas todos los días. O quizás necesites trabajar en darte un poco más de gracia para sentir tus emociones.
Sin importar tu próximo paso, recuerda que la Palabra de Dios es una lámpara a tus pies. Pasa tiempo con Él y guiará cada uno de tus movimientos. Cuando no sepas qué hacer, vuelve a Él. Cuando estés cansada, ve a Él. Cuando tengas miedo, estés desanimada o ansiosa, contáctalo. Aun cuando te puedas sentir débil, Él te hace fuerte. No tengas miedo de pelear por tu sanidad. El Dios del universo está de tu lado.
Querido Dios, gracias por quién eres. Estoy tan agradecida que puedo depender de tu carácter que nunca cambia. Gracias porque me ves, me amas, y te preocupas por lo que estoy atravesando. Te invito a mi viaje de sanación y te pido que me ayudes a tomar mi próximo paso correcto. En el nombre de Jesús, amén.
Oramos para que Dios use este Plan para ministrar tu corazón.
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Acerca de este Plan
Todas tenemos una imagen de cómo pensamos que será nuestro embarazo y nuestro parto. Cuando es de otra manera, puede ser desgarrador. Ya sea que hayas tenido un parto difícil o que tu pequeño haya necesitado una estancia en la UCIN, tu historia le importa a Dios. Este Plan, de una mamá de la UCIN, te ayudará a superar la historia del parto que no experimentaste y a encontrar esperanza y sanación para el futuro.
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