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Vivir renovado: Cuando la historia de tu parto no fue como esperabasMuestra

Living Changed: When Your Birth Story Didn’t Go As Expected

DÍA 2 DE 7

Sanar es un viaje

¿Alguna vez te has sentido como si te movieras en cámara lenta mientras el mundo sigue acelerando a tu alrededor? ¿Alguien te ha hecho sentir rota porque no has mejorado ni avanzado? Te prometo que no estás rota, eres humana. Cuando atravesamos experiencias traumáticas, nuestros cuerpos, mentes y corazones tardan en sanar, y el viaje hacia la sanidad se ve diferente para todos.

Hubo un momento después de que me inyectaran la epidural en que supe que algo estaba mal. No podía mantener mis ojos abiertos, y perdí la fuerza para estar sentada derecha. Mi enfermera comenzó a hacerme preguntas, pero no podía mover mi boca. De repente, todo se volvió negro.

Cuando abrí mis ojos de nuevo, mi esposo estaba sosteniendo mi mano y, a centímetros de mi cara, estaba gritando: “¡No puedes hacer esto! ¡Necesitas despertar! ¡Despierta!”. El pánico y el miedo pintaban su rostro. Nunca lo había visto tan asustado. Él estaba aterrorizado de que yo me fuera a morir, y yo también.

Avancemos a un año después, cuando mi esposo me llevó a ver una película. Hacia el final de la misma, había una escena emotiva donde uno de los personajes estaba herido y tirado sobre su espalda, con su amada inclinada sobre él, llena de miedo. Mi corazón comenzó a correr, y me sentí atrapada. Me enrollé en mi silla y empecé a llorar en silencio. Mi esposo pensó que me sentía emocionada por la película, pero no era sobre ella en absoluto. Era porque, de pronto, me sentí de nuevo en el hospital, y estaba aterrorizada de no poder sobrevivir.

Las secuelas de un trauma son una cosa interesante porque pueden venir en olas. En algunos momentos, me sentía curada de lo que pasó. Luego hay otros momentos donde definitivamente no estoy bien. No siempre puedo predecir cuándo me sentiré detonada, pero he aprendido a anticipar que esos momentos serán parte de mi viaje de sanidad.

Uno de mis nombres favoritos de Dios es Jehová Rafa, que significa: “el Señor que cura las necesidades físicas y emocionales”. Lo que amo de nuestro Dios es que es tan caballero en lo que respecta a nuestra sanidad. No fuerza nada en nosotros para lo que no estemos listos, y nos ayuda a sanar en una forma que es única para nosotros. Pueden ser semanas, meses y aun años, pero Él es paciente para trabajar con nosotros en una cosa a la vez y en el tiempo que es mejor para nosotros.

El Salmo 30:2 (NVI) dice: "Señor mi Dios, te pedí ayuda, y me sanaste". Dios, no solo oye nuestro dolor y se sienta en él con nosotros. Él también sana nuestro dolor.

En momentos de frustración, recuerda que la sanidad es un viaje que dura toda la vida, no un evento aislado. La sanidad no ocurre en un instante. Es un proceso que está cambiando siempre. Pero día a día, momento a momento, descansa segura de que Dios te ve y te oye. Puedes tener confianza en que el Gran Sanador está haciendo Su trabajo en ti.

Dios, te agradezco que estás aquí con mi dolor. Necesito tu mano sanadora en mi vida. Por favor, trabaja para curarme emocional y físicamente de lo que he atravesado. Sabes lo que necesito y cuándo lo necesito. Hoy, elijo confiar en Ti y en tu poder sanador para mis emocionales físicas y emocionales. En el nombre de Jesús, amén.

Día 1Día 3

Acerca de este Plan

Living Changed: When Your Birth Story Didn’t Go As Expected

Todas tenemos una imagen de cómo pensamos que será nuestro embarazo y nuestro parto. Cuando es de otra manera, puede ser desgarrador. Ya sea que hayas tenido un parto difícil o que tu pequeño haya necesitado una estancia en la UCIN, tu historia le importa a Dios. Este Plan, de una mamá de la UCIN, te ayudará a superar la historia del parto que no experimentaste y a encontrar esperanza y sanación para el futuro.

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Nos gustaría agradecer al Ministerio de Mujeres Renovadas por proveer este Plan. Para más información, visita: http://www.changedokc.com