Vivir renovado: Cuando la historia de tu parto no fue como esperabasMuestra
La verdadera fuerza
Como madres, en seguida sentimos que tenemos que soportar todo y ser todo para todos. Creo que nos sentimos así porque nos gusta sentir que nos necesitan, pero también por nuestro orgullo. No queremos que nadie piense que somos débiles, pero la verdad es que hay fortaleza en pedir ayuda.
Las primeras horas después de haber dado a luz, me quedé mirando el techo de mi habitación de hospital. Me sentía sin esperanza mientras intentaba procesar lo que había pasado. Acababa de tener a mi bebé, pero ella no estaba en mis brazos. No me sentía conectada con ella, tampoco sentía que la conocía. Acostada en su incubadora en el piso de arriba, pensé sobre cómo ella conocía mejor a sus doctores que a mí. Y si ellos estaban cuidando de ella, ¿para qué me necesitaba? Empecé a creer en la mentira de que ella y mi esposo no me necesitaban. De que no importaba.
Unas horas después una enfermera entró y me preguntó cómo estaba. Sin importarme cuán duro era tener que hacerlo, decidí ser honesta y buscar ayuda. Me sentí avergonzada mientras le contaba los pensamientos que estaba teniendo, pero sabía que no eran saludables. Sabía que en combinación con una historia familiar de depresión postparto, ansiedad y psicosis, estos pensamientos no me estaban llevando a nada bueno. Así que, sacrifiqué la comodidad de quedarme callada y decidí abogar por mí misma.
La maternidad puede ser aislante, y también lo pueden ser nuestros traumas. Satanás es llamado el padre de las mentiras, y quiere que creamos que estamos solos en lo que estamos pasando. Si puede mantenernos callados, puede mantenernos aislados. Y si puede mantenernos aislados, puede alejarnos de saber la verdad de Dios. Cuando dejamos que otros entren, ellos pueden ayudar llevándonos a verdades bíblicas que nos liberarán de las mentiras del enemigo.
2 Corintios 10:5 (RVR) dice: “Derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo”.
La verdad es que no estás sola porque Dios nunca te dejará. No estás rota porque Dios te ha llamado su obra maestra. La verdad es que no hay nada que puedas pensar que sea demasiado malo para Jesús. No existe una emoción que Él no sea capaz de manejar. No hay pregunta a la que Él no le dé la bienvenida.
Mi pastor lo dice así: “Satanás grita sus mentiras, pero Dios susurra la verdad. ¿Por qué Dios susurra? Porque Él está cerca”. Jesús es Emanuel, lo que significa: “Dios con nosotros”. Él está contigo. Él está cerca y está susurrando la verdad a tu corazón.
Si tienes dificultades con tu salud mental o sientes que necesitas ayuda profesional, oro para que estas palabras te alienten a tomar acción. Pedir ayuda nunca es una muestra de debilidad; es una muestra de fuerza. No mantengas tu dolor escondido. No escuches las mentiras de Satanás. No te quedes callada. Dile a tu pareja, a un amigo, a un compañero de trabajo, o a un profesional de salud que necesitas ayuda. Díselo a Dios. Él siempre está cerca y siempre está dispuesto a escuchar.
Dios, en mis momentos más bajos, sé que estás a mi lado. Ayúdame a mantener mis pensamientos cautivos y hazlos obedientes a Ti. Ayúdame a discernir tu verdad de las mentiras de Satanás. Dame el coraje para pedir ayuda. Ayúdame a ser valiente. En el nombre de Jesús, amén.
Acerca de este Plan
Todas tenemos una imagen de cómo pensamos que será nuestro embarazo y nuestro parto. Cuando es de otra manera, puede ser desgarrador. Ya sea que hayas tenido un parto difícil o que tu pequeño haya necesitado una estancia en la UCIN, tu historia le importa a Dios. Este Plan, de una mamá de la UCIN, te ayudará a superar la historia del parto que no experimentaste y a encontrar esperanza y sanación para el futuro.
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