Vivir renovado: Cuando la historia de tu parto no fue como esperabasMuestra
Conexión significativa
La mayoría de nosotras espera tener un vínculo instantáneo con nuestros bebés la primera vez que los conocemos, pero no todas sienten una conexión inmediata. Aun cuando los hemos llevado por varios meses, no es inusual sentir que estamos conociendo a un extraño. Como con cualquier nueva relación, puede llevar tiempo construir una conexión.
Después de que nació mi hija, pasaron 24 horas antes de que la pudiera ver. Mi esposo me llevó en silla de ruedas a la unidad de cuidados intensivos neonatales y me informó sobre qué esperar. Era mucho más pequeña que lo que recordaba. Al mirarla bajo la luz azul de su incubadora, yo simplemente lloraba. Estaba llena de dudas en mi habilidad como mamá, me sentí culpable de que mi cuerpo no hizo lo que debió hacer, y estaba avergonzada de que no pude protegerla de esto. Y encima de todo, me sentía tan desconectada de ella.
Mientras lloraba, la enfermera de mi hija nos ayudó a prepararnos para nuestro primer contacto piel a piel. Lentamente, abrió la incubadora, reunió los cables, y cuidadosamente me entregó a mi hija. Lo que debía haber sido un hermoso momento de vínculo se detuvo cuando mi hija no paraba de llorar. Lloraba tan fuerte que sus signos vitales estaban inestables y debió ser colocada de nuevo en la incubadora. Todos mis pensamientos de deficiencia como mamá se reforzaron.
Sin embargo, la siguiente vez que la vi, me sentí más confiada. Sabía exactamente a dónde ir y qué esperar cuando la vi. Cuando la sostuve, ella no lloraba tanto. Después de eso, le hablé de nuestra familia y el cuarto que la estaba esperando en casa. Día a día, mi confianza como mamá creció, y nuestra conexión madre-hija se profundizó.
Aunque la relación con mi hija no empezó como yo había soñado, me reconfortan los paralelismos entre nuestra relación y el comienzo de mi relación con Jesús. Ambas necesitaron intención.
Jeremías 29:13 dice: “y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón”. No fue de la noche a la mañana, pero mientras pasaba tiempo con Dios, aprendí más de Él. Mientras aprendía más de Él, nuestra relación crecía en intimidad y sentía más confianza en mi identidad como su hija. De la misma manera, después de invertir en mi relación con mi hija, construimos una conexión significativa, un vínculo que no puede romperse. Mientras sostengo en mis brazos a mi hija hoy, pienso que estoy empezando a entender un poco más cuán profundo y ancho es el amor de Dios por Sus hijos.
Si te sientes desconectada de tu bebé, por favor cree que tu relación no será siempre así. Si te estás sintiendo sobrecargada o insegura, empieza poco a poco. Cántale tu canción favorita, sal a caminar y señala las cosas que ves, o trata de abrazarlo piel a piel. Mediante el tiempo intencional, tu relación puede y va a crecer. Aun si sentiste un instante de conexión con tu bebé, como con nuestra relación con Jesús, siempre hay una oportunidad para crecer.
Al conocer más a tu bebé, recuerda que tu Padre en el cielo también desea conocerte más. Deja que esta temporada te acerque a Dios. Haz tiempo para profundizar en tu relación hablando con Él, leyendo Su palabra, y creando un espacio para estar en silencio en su presencia.
Dios, gracias por tu gracia en nuestra relación y mi relación con la gente a mi alrededor. Ayúdame a hacerme más íntimo contigo. Construye mi confianza en quién eres y quién dices que soy. Revélate a mí y muéstrame cómo estás trabajando todas las cosas para mi bien. En el nombre de Jesús, amén.
Acerca de este Plan
Todas tenemos una imagen de cómo pensamos que será nuestro embarazo y nuestro parto. Cuando es de otra manera, puede ser desgarrador. Ya sea que hayas tenido un parto difícil o que tu pequeño haya necesitado una estancia en la UCIN, tu historia le importa a Dios. Este Plan, de una mamá de la UCIN, te ayudará a superar la historia del parto que no experimentaste y a encontrar esperanza y sanación para el futuro.
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