Los hombres de reino levantándose: un plan de lectura de 8 días Muestra

Anticipándonos al futuro

Es probable que veas la palabra "legado" asociada a los deportes, atletas, empresarios, empleados, voluntarios, mentores, entrenadores, amigos y más, porque todo se trata de transmitir el ADN de la excelencia. Estos principios también se aplican a todos nosotros en el cuerpo de Cristo. El legado implica tu impacto en los demás. Es el ADN espiritual que transmites.

Todos deberíamos preguntarnos: ¿Qué tipo de legado estoy dejando?

Cada ser humano es portador de una imagen. Estar hecho a imagen y semejanza de Dios significa que cada persona es semejante a Dios en aspectos que otros seres no lo son. Tenemos alma y capacidad de razonar y relacionarnos. Somos creativos y laboriosos, como Dios.

Pese a que Adán dejó el jardín, todos los reinos tienen el mismo encargo que él: llenar el mundo de gente que conozca y ame a Dios y transmitir la herencia espiritual de una visión teísta del mundo.

En el mundo existen dos corrientes predominantes: el humanismo y el teísmo. El humanismo se centra en lo que la humanidad quiere, piensa y determina. Funcionar según el humanismo es como ponerse gafas de sol con un filtro que revele la visión del ego del mundo. Por el contrario, el teísmo filtra todo a través del lente de la perspectiva divina de Dios.

Como hombres del reino, hemos sido creados y llamados a transferir un punto de vista teísta a quienes se encuentran dentro de nuestras esferas de influencia. Así transmitimos el ADN del pacto infundido en el mandato de la creación que se encuentra en Génesis 1:28.

Adán no fue comisionado para llenar la tierra con acumulación de elogios, logros y riquezas materiales. Dios llamó a Adán para llenar la tierra con Su imagen. Una herencia divina no tiene que ver con casas, ropa, coches, fama o dinero. Las herencias divinas comienzan con la transferencia de la fe. No es importante la cantidad de dinero que tiene un hombre si no tiene el fundamento de una sólida fe. Sin los valores bíblicos, todo se derrumbará cuando lleguen las tormentas de la vida.

Sabemos que debemos vivir apasionadamente por el reino de Dios pero no tenemos claro lo que eso significa. Felizmente, cuando Cristo vino a cumplir los mandamientos, nos dio un mandamiento resumido en Mateo 22:35-40, el cual expresa cómo se debe seguir a Dios. Anticiparnos al futuro significa obedecer este mandamiento y entrenar a otros para hacerlo.