Los hombres de reino levantándose: un plan de lectura de 8 días Muestra

Huesos secos danzando

Hace unos años recibí una llamada de un amigo que se sentía desesperanzado. Su vida había empeorado y no veía ninguna salida. Intenté recordarle la capacidad de Dios de hacer un camino de la nada y le animé a que mantuviera sus ojos en Cristo. Pero cuanto más hablábamos, más fuerte era su determinación de seguir sin esperanza. Al día siguiente supe que mi amigo se había quitado la vida.

Fue un duro golpe para mi. Me pregunté si podría haber dicho algo diferente para hacerle cambiar de opinión. El peso de sus palabras y su débil voz se posaron sobre mí durante mucho tiempo. La desesperanza es algo terrible, significa que has renunciado al futuro. Has tirado la toalla. Demasiados hombres hoy en día viven desesperanzados.

Lo vemos cuando se desentienden de sus responsabilidades con sus familias, con sus comunidades o con su iglesia; cuando ya no creen que Dios puede marcar la diferencia en la historia. Esta desesperanza se manifiesta en una cultura plagada de conflictos y divisiones. Te preguntarás "¿Por qué?" ¿Por qué Dios ha permitido que esto se ponga tan mal? He descubierto que Dios tiene un método que deja que la vida llegue a un nivel tan bajo que la única manera en la que puedes ver es mirando hacia arriba. En Ezequiel, vemos el juicio de Dios derramado sobre una cultura llena de impureza y adoración a ídolos.

En la época de Ezequiel y en la nuestra, el mundo está lleno de ídolos. Explicado de forma sencilla, la idolatría es tener adoración a la representación de algo. No es necesariamente inclinarse ante una estatua tallada y clavada en un poste. Un ídolo es cualquier cosa que usurpa el gobierno legítimo de Dios en tu vida. Los ídolos vienen de toda forma y tamaño. Es más, pueden encontrarse incluso en la iglesia. La idolatría se centra en la alineación; alineas tus pensamientos, palabras y acciones conforme a lo que más valoras.

Aferrarse a los ídolos es abandonar la fidelidad de Dios. Cuando el péndulo de nuestro corazón oscila hacia la idolatría, se aleja del amor y del poder a Dios, pero lo contrario también es cierto. Cuando abandonamos los ídolos, nuestro corazón se alinea con la gracia, la fidelidad, el poder y el amor de Dios. Para abrazar la voluntad de Dios y activar el fluir de Su amor y Su poder, debemos alejarnos de los ídolos. A través de Su Palabra Dios ha dejado claro cómo activar el fluir de Su amor y Su poder en tu vida, así como también cómo desactivarlo.

Dios nos ha dado los medios y el método para eliminar los ídolos que se arraigan en nuestros corazones. A través del Espíritu Santo, Él nos ha dado una nueva vida en el Espíritu que proporciona los medios para diagnosticar y desechar los ídolos. La oración y la autoevaluación proporcionan los métodos para que comencemos a desarraigarlos y deshecharlos.

La oración nos permite comunicarnos directamente con Dios. Al presentarle nuestras peticiones, Él comienza a dirigir los pensamientos y las intenciones de nuestro corazón. Lo escuchamos y le pedimos que elimine lo que es terrenal en nosotros. Aprovechemos los medios y métodos de Dios para lidiar contra la idolatría.