Relación(able): Cómo hacer que las relaciones funcionenMuestra

Un saludo de paz

¿Hay alguna relación en tu vida que de alguna manera se haya dañado o roto? ¿Existe una brecha en una relación que crees que es irreconciliable? Hoy, quiero que pienses en la posibilidad de reconciliación, restauración y resolución de esas relaciones.

Si perteneces a Jesús, el propósito y plan de Dios es que encuentres la manera de vivir en paz con todos. Puedes pensar que esto es imposible, pero recuerda que con Dios todo es posible. A través de la cruz, Dios hizo las paces contigo. No tenía que hacer esto, no estaba amenazado por ti ni necesitaba algo de ti. Quería una relación contigo.

Por lo tanto, la cruz es la plantilla para la reconciliación en tus relaciones. Y el elemento más importante de esa reconciliación es el evangelio. Jesús venció el mal con el bien y te pide que hagas lo mismo amando a tus enemigos. Sin embargo, si va a haber reconciliación en tu vida, tendrás que tomar el hacha de la gracia y cortar el árbol de la amargura y el resentimiento. Vas a tener que pedirle a Dios que convierta esa situación con la otra persona en una historia que refleje su misericordia.

Ahora, para hacer esto se requerirá un poder sobrenatural. Después de todo, no es natural perdonar a quienes te han hecho daño. Pero como seguidor de Jesús puedes ver esta posibilidad de paz, porque sabes que si Dios pudo hacer las paces contigo, puedes hacer las paces con cualquiera.

Esto no quiere decir que la paz siempre ocurrirá, pero depende de ti ofrecer la oportunidad. La Escritura dice "en la medida en que depende de ti", porque tú eres quien tiene el poder sobrenatural de Jesús en tu vida. De modo que depende de ti llegar lo más lejos posible para buscar la paz.

Si realmente te quieres destacar en la vida y convertirte en un pacificador, tendrás que recorrer la segunda milla. Tendrás que negarte a permitir que se restablezcan patrones destructivos en tu vida. Tienes que reconocer tu parte en el dolor y dejar de lado tu necesidad de vengarte o mantener un registro de lo que está mal. Es posible que tengas que terminar la relación pacíficamente para vivir libre de la dinámica no constructiva que te hizo caer.

Es el Espíritu Santo dentro de ti quien permite que este proceso de reconciliación tenga lugar en las relaciones rotas. El mismo Espíritu de Dios que dio a luz al Hijo de Dios, el Príncipe de Paz, puede dar a luz el proceso de paz entre tú y la persona con la que buscas la reconciliación. Tu oración debe ser: "Dios, quiero que seas glorificado en esto más de lo que quiero tener razón. Quiero que esta relación se restaure, pero Espíritu de Dios, tendrás que hacer esto en mí". Entonces puedes dejar de lado las represalias, el esfuerzo por vengarte y caminar con todo el peso en tus hombros. Porque en la medida en que dependía de ti, elegiste vivir en paz con los demás, independientemente de sus respuestas.

Responde

¿Cómo has respondido en el pasado a tus relaciones rotas? ¿Cómo impacta tu relación con Dios el cómo manejas el dolor en una relación?

¿Qué mentalidad se requiere para vivir en paz con los demás? ¿Cuál es el papel de Dios en el logro de la justicia en una infracción? ¿Qué parte de este proceso te resulta más difícil?

¿Cómo puedes ofrecer paz y perdón sin permitir un comportamiento destructivo? ¿Cómo podemos saber cuándo la reconciliación no es posible?