Relación(able): Cómo hacer que las relaciones funcionenMuestra
El/la amigo/a que todos desean
Todos tenemos una imagen mental del tipo de amigos que queremos tener. Queremos amigos que nos apoyen. Que se queden con nosotros cuando la vida sea dura, que nos animen y no nos destrocen, que no nos juzguen. Pero hoy vamos a darle la vuelta a esto. Vamos a considerar cómo podemos convertirnos en el tipo de amigo que queremos ser para los demás.
La vida siempre empieza por llegar a ser más que por encontrar. Las citas no se tratan de encontrar a la persona adecuada para tu vida. El matrimonio no se trata de encontrar al hombre o la mujer perfectos. No, se trata de convertirte en la persona que Dios quiere que seas. De esta manera, ya sea que tengas citas y te cases... o no... todavía ganas, porque te estás convirtiendo en la persona que Dios quiere que seas.
Entonces, con esto en mente, debemos analizar lo que se necesita para ser el tipo de amigo que queremos tener en nuestras vidas. Primero, debemos ser un amigo sincero y no falso. Un amigo sin agendas ocultas. Un amigo que no es hipócrita ni tiene dos caras. Un amigo que no solo les dice a los demás lo que quieren escuchar, sino que dice la verdad.
En segundo lugar, debemos ser amigos que extinguen el mal y celebran el bien. Hacemos esto al disminuir el conflicto en lugar de avivar las llamas del conflicto. Decimos la verdad mientras extendemos misericordia y perdón, tal como lo hizo Jesús por nosotros. Si bien no hacemos la vista gorda a la verdad, asumimos lo mejor de las personas y estamos listos para trabajar humildemente para restaurar las relaciones sin pensar en el beneficio personal.
En tercer lugar, debemos ser amigos que sean generosos con nuestros recursos. Compartimos y satisfacemos activamente necesidades.
Cuarto, necesitamos ser un amigo que se eleve por encima de la situación. No tenemos que asistir a todas las peleas en las que se nos invita a participar. Podemos optar por retirarnos cortésmente del conflicto. Hacer lo inesperado al bendecir a los que nos maldicen. Hay libertad en no tener que desquitarse. A medida que seguimos el propósito de Dios y dejamos que Él se ocupe de aquellos que nos maldicen, honramos a nuestro Dios y confiamos en que Él se encargará de todo de la mejor manera.
Quinto, necesitamos ser un amigo que se mueva libremente entre todas las personas. Todos queremos al amigo que dice: “Puedo flotar con los altibajos. Puedo estar con los grandes y poderosos y ser igual de feliz con los humildes". Un verdadero amigo está ahí en todas las circunstancias, ya sea que estemos arriba o abajo. El Evangelio no trata a las personas de manera diferente, y nosotros tampoco deberíamos hacerlo.
Sexto, tenemos que ser un amigo que sea un pacificador. Necesitamos reconocer que si bien no tenemos el poder de cambiar a los demás, podemos cambiarnos a nosotros mismos. Es posible que no podamos tener paz con otra persona en nuestras vidas, pero podemos tener paz con esa persona. Y si estamos en paz con esa persona, estamos reflejando el Evangelio. Vivimos libres.
Entonces, hoy trata de ser el amigo que quieres tener. Al hacerlo, encontrarás amigos que reconocerán el poder del Evangelio en su vida y se acercarán más a Dios.
Responde
¿Cómo describirías la mayor parte de las amistades que has tenido? ¿Qué buscas en un amigo?
¿Cuál es la diferencia entre encontrar un amigo y ser un amigo? ¿Qué encuentras que es la parte más desafiante de ser un amigo?
Si Dios pudiera hacer algo en tu vida para darte el poder de “vivir en paz con todos”, ¿qué te gustaría que fuera?
Escritura
Acerca de este Plan
Este Plan de lectura incluye siete devocionales diarios basados en el plan de estudio de Louie Giglio Relat(able): Making Relationships Work. Este estudio explorará lo que nos hace relacionarnos con otros, cómo Dios puede traer paz en medio del conflicto, y cómo podemos ayudar a restaurar relaciones que parecen rotas sin remedio.
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