El Buen Pastor, inspirado en el Salmo 23Muestra

Todo va a estar bien, ¿verdad?

Courtney Watkins

“¿Creen ustedes que por preocuparse mucho vivirán un día más? Si ni siquiera esto pueden conseguir, ¿por qué se preocupan por lo demás? Aprendan de las flores del campo: no trabajan para hacerse sus vestidos y, sin embargo, les aseguro que ni el rey Salomón, con todas sus riquezas, se vistió tan bien como ellas. Si Dios hace tan hermosas a las flores, que viven tan poco tiempo, ¿no hará mucho más por ustedes? ¡Veo que todavía no han aprendido a confiar en Dios! No se desesperen preguntándose qué van a comer, o qué van a beber. Sólo quienes no conocen a Dios se preocupan por eso. Dios, el Padre de ustedes, sabe que todo eso lo necesitan. Lo más importante es que reconozcan a Dios como único rey. Todo lo demás, él se lo dará a su debido tiempo. ¡No tengan miedo, mi pequeño grupo de discípulos! Dios, el Padre de ustedes, quiere darles su reino”. Lucas 12:25–32 (TLA)

Recuerdo el día en que mi dulce esposo se me acercó con una mirada muy seria en su rostro y me dijo las palabras que nadie quiere escuchar: “Mira, amor, no sé cómo vamos a pagar los alimentos para el resto del mes”. Verás, en ese tiempo éramos misioneros en otro país, y vivíamos del apoyo financiero que nos daban nuestros amigos, nuestra familia y los colaboradores del ministerio. El Señor nos había llamado, a mi esposo y a mí, a que vendiéramos todo lo que teníamos y a que nos fuéramos a otro lado del océano con nuestros cuatro hijos para que sirviéramos como misioneros en Bélgica. Cuán difícil podría ser, ¿verdad? Es decir, si Dios lo dijo, entonces, con toda seguridad, Él proveería para todas nuestras necesidades. Es interesante que depender de Dios es una habilidad que nosotros como creyentes sentimos tener automáticamente cuando somos salvos, pero muchas veces se nos dificulta ponerlo en práctica en nuestra vida. Cuando las cosas se ponen difíciles ¿confiamos totalmente en el Creador del universo? Estaba a punto de ser desafiada sobre esta confianza y dependencia.

Apenas podíamos salir adelante. Después de pagar todas las cuentas y los gastos de los niños, nos quedaban aproximadamente diez dólares en la cuenta... ¡para cubrir el resto del mes! En ese momento tenía dos opciones: vivir con temor y estrés sobre las cosas que no podía cambiar o poner toda mi confianza en el Señor y en su provisión. Elegí creerle a Dios y esperar que Él hiciera milagrosamente lo necesario por nosotros. Cuando las cosas estaban literalmente fuera de nuestro control, mi esposo y yo decíamos: “cárgalo a mi cuenta”, lo que significaba: Oye, Dios, carga esto a mi cuenta celestial porque tú tienes recursos infinitos y todo a lo que hemos sido llamados es a confiar en que tú eres bueno.

Durante esa época, orábamos diariamente, y a veces, cada hora para que el Señor nos ayudara a confiar y a recibir la dependencia en Él. Bueno, qué te parece que recibimos un cheque en el correo por cinco mil dólares proveniente de una fuente inesperada. Ese dinero era suficiente para que pudiéramos vivir por varios meses. Todo lo que pude hacer fue llorar. Cuando me di completamente por vencida, Dios se hizo presente. Y aunque esa no fue la última vez que mi fe y confianza fueron probadas, mi fe se edificó ese día. Ahora tenía un testimonio de la provisión del Señor y sabía cómo era depender completamente de Él.

En Lucas 12:28 (TLA) dice: “Si Dios hace tan hermosas a las flores, que viven tan poco tiempo, ¿no hará mucho más por ustedes? ¡Veo que todavía no han aprendido a confiar en Dios!”. El problema viene cuando no confiamos en que Dios es un buen Padre. La mayoría de nosotros sentimos muchas veces que tenemos que resolver las cosas solos y controlar el resultado porque no podemos ver que Dios ya lo ha solucionado. Cuando mi familia enfrentaba esa época difícil, no podíamos ver que Dios estaba trabajando por nosotros, ¡pero lo estaba haciendo! La provisión ya estaba en camino. 

Si tienes dificultades en este momento, aunque no puedas verlo, Dios está trabajando a tu favor. Todo lo que debes hacer es confiar en Él y descansar sabiendo verdaderamente que todo va a estar bien.

ORACIÓN

Dios, gracias a ser un Padre bueno y fiel. Hoy, decido rendir cada preocupación de mi vida, todo problema, ansiedad, estrés y temor. Elijo confiar en que tú lograrás un resultado y que estás trabajando a mi favor. Creo en ti y confío en que estás haciendo que todo funcione para mi beneficio. Gracias por amarme y atender cada detalle de mi vida. En el nombre de Jesús, amén. 

PARA MEDITAR  

• Ora sobre las áreas de tu vida donde necesitas entregarle el control total al Señor.  
• Pídele a Dios que te ayude a confiar en que Él tiene cuidado de ti y que está trabajando incluso cuando tú no puedes ver el cambio en las circunstancias que te rodean.

Espíritu Santo, ¿qué es lo que me estás diciendo hoy?

VERSÍCULO PARA MEMORIZAR

El Señor es mi pastor, nada me faltará. Salmo 23:1