Libertad

Jesús vino para que pudiéramos vivir en libertad. No sólo libre de nuestros pecados, sino libres del dolor de nuestro pasado, de vivir atrapadas en un patrón de estancamiento o de perseguir cosas que nos dejan vacías. Muchas de nosotras llevamos un peso de decepción, dolor y expectativas no cubiertas, pero Dios quiere que vivamos una vida plena.

En los primeros años de mi vida adulta, creí lo que el mundo decía sobre necesitar a un hombre para ser feliz. Deseaba desesperadamente un esposo. Quería mi boda de ensueño, fotos familiares felices, ¡el paquete completo! No quería terminar mis 30 soltera y sin hijos. No quería estar sola. Así que oré por un esposo. 

Sin embargo, rápidamente me di cuenta de que mis razones de querer un esposo eran las equivocadas. Mis oraciones eran vanas y completamente egoístas. Estaba obsesionada con un esposo cuando debería haber estado obsesionada con lo que realmente me llenaría—conocer y vivir para Dios. Ahora sé que un esposo no es lo que me sostendrá. Si sucede y cuando suceda, el matrimonio será como la frutilla del postre. Será esa pequeña parte adicional a lo que realmente me sostiene—y ese es Jesús. 

En mis años de soltería, he aprendido que incluso en la espera, Dios es Bueno. Incluso en la decepción, dolor e incertidumbre, Él es Fiel. Mi vida ahora es diferente a lo que pensé que sería, pero es mejor de lo que alguna vez hubiera soñado. Ahora vivo en la libertad de saber que no debo obligarme a encajar en un molde para el que no fui diseñada. Estoy en completa rendición, sanada y esperanzada por lo que viene. Aún sueño con tener un familia, pero tengo contentamiento en el Señor.

Si sientes que debe haber más en la vida de lo que actualmente estás viviendo, te animo a inclinarte aún más ante Dios. Lo mejor de Dios para ti es más grande que darte un acompañante. En Él, puedes encontrar sanidad de tu pasado, consuelo y propósito en la espera y esperanza por lo que viene.

Vivir la vida al máximo significa conocer, amar y seguir a Jesús. El gozo viene por tener una relación íntima con Jesús y creer que estás donde Él quiere que estés en este preciso momento. Paz es saber que aunque no has visto el cumplimiento de todos los anhelos de tu corazón, puedes confiarle a Dios tu presente y tu futuro. Vivir plenamente para Él significa vivir en libertad.