Pureza

En los círculos cristianos, la, pureza es una gran palabra de moda para mujeres y hombres solteros. Se nos insta a “mantenernos puros hasta el matrimonio”, que básicamente significa esperar a tener relaciones sexuales hasta que uno se case. Sin embargo, la pureza va más allá del sexo. No termina cuando inicia el matrimonio y no es sólo un intento. Aunque es realmente importante para Dios, muchas de nosotras malinterpretamos el tema de la pureza.

Debido al abuso en mi niñez, sentí que me habían robado la pureza. Me sentía avergonzada y dudaba si alguien alguna vez me querría. Pero lo que originalmente entendía sobre la pureza era erróneo. No estamos llamadas a una vida de virginidad. Estamos llamadas a una vida de pureza. Mientras la virginidad se centra en nuestras acciones y se debate con frecuencia, la pureza se centra en nuestro corazón y ahí no existe ningún debate. La pureza es una condición del corazón.

A lo largo de la Biblia se menciona el corazón en referencia a nuestras motivaciones y acciones. En los Salmos, David le ruega a Dios crear en él un corazón puro después de cometer adulterio con Betsabé y mandar a matar a su esposo. En el libro de Lucas, Jesús cita nuestros corazones como fuente del bien y del mal. También nos dicen en Mateo que desear a alguien es cometer adulterio en nuestro corazón. La sociedad se centra sólo en nuestras acciones, pero Cristo se centra en nuestro corazón.  

Tal vez sientas que lo arruinaste. Tal vez entregaste tu virginidad fuera del matrimonio. Tal vez creas la mentira que estás demasiado hundida o que nadie te querrá por el trauma que has experimentado. Sea cual sea tu situación, la pureza está disponible para ti. Hay redención y restauración en el nombre de Jesús. 

Cristo vino a darte libertad de la vergüenza, culpa y condenación. Con Su fortaleza y la dirección de Su espíritu puedes elegir vivir una vida de pureza a pesar de tu pasado. Puedes decidir honrar a Dios y a tu futuro cónyuge con una vida de pureza ahora y más allá de una boda. Puedes trazar una línea hoy y decir a partir de ahora: 

Elijo vivir una vida de pureza, tanto sexual como moral. No estaré ni desearé a nadie que no sea mi cónyuge. Mi corazón, mi intención, detrás de mis palabras y acciones darán vida y no la quitarán. Creo que lo que Jesús hizo en la cruz me permite estar y vivir libre de culpa. Guardaré mi corazón. Renovaré mi mente. En el nombre de Jesús. 

Esto es lo que significa vivir una vida de pureza, y tú puedes hacerlo.