Perdón

Como adultas solteras, podemos sentirnos a menudo excluidas socialmente. La gente pregunta por qué seguimos solteras como si algo estuviera mal con nosotras. Aunque no haya nada malo en estar solteras, algunas somos expertas en aferrarnos al dolor y alejar a las personas. Para poder tener éxito en las relaciones, debemos aprender a perdonar.

Sé lo que es rechazar a todas las personas por dolores pasados. Cuando yo tenía 6 años fui abusada sexualmente. Creí la mentira que había sido mi culpa. Me sentía sucia, herida e indigna de amor. Estaba tan avergonzada que escondí mi verdadero yo y nunca permití que nadie se me acercara emocionalmente. Anhelaba la conexión, pero también la temía. Incluso herí a otros porque yo estaba herida. Pensaba que necesitaba herirlos antes de que me hirieran. 

Como adulto, comencé el proceso de sanidad para trabajar en los traumas y las heridas de mi infancia derivadas de relaciones pasadas. Tuve que sanar el rechazo, la vergüenza, la inseguridad y la baja autoestima. A través de ese proceso, aprendí que no debo dejar que lo que pasó en mi infancia afecte ahora mis relaciones. Puedo elegir perdonar. Puedo elegir que Dios sane mi corazón. 

Fue indescriptiblemente difícil y no sucedió de la noche a la mañana, pero perdoné a los criminales que abusaron de mí cuando era niña. Incluso fui capaz de perdonarme por las cosas que hice a otros a raíz de mi dolor. El que ahora yo tenga relaciones más sanas ha sido posible al practicar el perdón.

El perdón es fundamental en nuestra relación con Dios y con los demás. Tal vez tu pasado es similar al mío o, a lo mejor, has experimentado un dolor diferente. Tal vez tu papá nunca tuvo una palabra amable para decirte o fuiste engañada por una ex pareja. Debes permitirle a Dios sanar las heridas para que puedas perdonar lo que sea que haya sucedido en tu pasado que te dificulta confiar en otras personas.

Dios nos llama a perdonar a otros, así como se nos ha perdonado tanto. El perdón no significa que lo que pasó estuvo bien o que no importa. Elegir perdonar a alguien por el dolor que te causó te libera de la esclavitud. Pide a Dios que te ayude a sanar y perdonar para que puedas tener relaciones más sanas.