Vivir renovado: De mamá a mamáMuestra
Gracia
Como mamás, no siempre hacemos las cosas bien. Todas tenemos días en que estamos cansadas, frustradas y exhaustas lo que provoca que ataquemos y digamos cosas hirientes. En vez de castigarnos, podemos aprender a extender gracia para nosotras y nuestros hijos.
Hubo muchos momentos cuando mis hijos estaban creciendo en que me enojaba y respondía de mala manera. Recuerdo una vez en particular en que sentí que estábamos teniendo la misma conversación agotadora sobre el mismo error una y otra vez. ¿Cuántas veces tenía que decírselos? ¿Cuándo aprenderían? Luego, imaginé a Dios diciendo: “¡Qué bueno que no te educo así!”. Fue un recordatorio muy necesario de que Dios ofrece tanta gracia y misericordia y yo necesitaba hacer lo mismo.
Una de las mejores maneras en que he ayudado a mis hijos a aprender sobre la gracia, es pedirles perdón cuando me equivoco. Lo he hecho desde que eran pequeños, durante su adolescencia y aún ahora. No solamente digo 'Lo siento', porque muchas personas se disculpan sin sentirlo. Les pido que me perdonen. Es una diferencia que he aprendido deja una enseñanza duradera.
Cuando les pido perdón, se desarrolla confianza entre nosotros porque ellos ven que estoy dispuesta a ser humilde y admitir mis errores. Les da la oportunidad de practicar el extender gracia, incluso cuando es difícil, se sienten heridos y no desean hacerlo. Además, les muestra cómo tener un corazón arrepentido con amigos, familia y también con Dios.
Como padres de familia, en la vida de nuestros hijos somos el ejemplo más cercano e impactante de cómo es tener una relación con Dios. Cuando enseñamos a nuestros hijos que pedir perdón no es algo por lo cual avergonzarse o de lo que hay que huir, sabrán que pueden acudir a Dios por perdón sin miedo de ser condenados.
La manera en que vivimos como cristianos, no solo les da a nuestros hijos un ejemplo a seguir (bueno o malo), sino también moldea su perspectiva sobre el carácter de Dios. En todo lo que hacemos o decimos, debemos hacer lo mejor por reconocer a Cristo, parecernos a Él y mostrarlo a Él a nuestros hijos. Cuando lo hacemos, los ayudamos a fortalecer sus relaciones terrenales y su relación con Dios.
Oramos por que Dios haya usado este Plan para ministrar tu corazón.
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Acerca de este Plan
Ser mamá es el rol más gratificante que vamos a desempeñar, pero el camino hacia y a través de la maternidad es un desafío. Está lleno de inseguridades, adversidades, momentos tranquilos, y oportunidades para confiar en Dios. En este Plan de 7 días, siete mamás de diferentes etapas de la vida comparten sus experiencias y su sabiduría adquirida en la maternidad.
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