Devocionales diarios con Greg LaurieMuestra

Una fortaleza desprotegida

"Al orgullo le sigue la destrucción; a la altanería, el fracaso" (Proverbios 16:18).

Nunca digas: "Nunca lo haré..." porque la verdad es que eres capaz de hacerlo, y aún mucho más.

El primer paso que permitió que Pedro renegara del Señor fue confiar demasiado en si mismo. Le dijo a Jesús: "Aunque todos te abandonen, yo jamás lo haré" (Mateo 26:33). Lo que motivó a Pedro a decir esto fue la revelación de que Judas Iscariote era un traidor. Lo que estaba diciendo era: "Mira, no sé nada de Santiago o Juan, los llamados Hijos del Trueno. No estoy seguro de Mateo y los otros. Pero Yo te voy a decir esto: nunca de abandonaré". Eso era orgullo, y Proverbios 16:18 dice: "Al orgullo le sigue la destrucción; a la altanería, el fracaso".

Podemos decir: "Nunca voy a caer en ese área". Pero debemos ser cuidadosos. Esa es precisamente el área en la que podemos caer.

Puedes decir: "No, yo nunca haré eso. Yo jamás, en un millón de años, cometeré ese pecado. Soy fuerte en eso. Mira, puede que sea un poco débil en esto otro. Pero en eso, yo jamás caeré". ¿De verdad? ¿no sabes lo malvado que es realmente tu corazón? ¿No sabes que todos tenemos la propensión para hacer lo que está mal? Como el himno "Fuente de toda bendición" dice:

Oh qué gran deudor soy de la Gracia
¡diariamente estoy obligado a serlo!
Deja que tu bondad como un grillete
Enlace mi errante corazón a ti
Propenso a vagar, lo sé
Propenso a dejar al Dios que amo
Aquí está mi corazón, toma y séllalo
Séllalo ante tu tribunal

Resumen: Recuerda, una fortaleza desprotegida es doblemente débil.

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