Devocionales diarios con Greg LaurieMuestra
El comienzo de una recaída
Un pequeño ejercitó marchaba hacia Jesús. Espadas y lanzas y escudos y antorchas se movían hacia él en la oscuridad como una banda para arrestarle. En su histeria, les impulsaba su mentalidad oscura: ¡Si, vamos a cogerle! ¿A quién estamos cogiendo nosotros de nuevo? Ya sabes cómo actúan las bandas mafiosas. Juegan entre ellos, ni siquiera saben muy bien qué es lo que persiguen. Están inmersos en la emoción del momento.
Eso era lo que debía estar ocurriendo según el grupo se acercaba a Jesús de Nazaret, que nunca había quebrantado ninguna de sus leyes. Y para mostrarles que Jesús no era una víctima indefensa, sino un poderoso vencedor, se puso en pie y les dijo: "A quién estáis buscando" (Juan 18:7).
Le contestaron: "A Jesús el nazareno".
Y el les dijo: "Yo soy". Y con esas palabras, según relata el evangelio de Juan, todos los que estaban allí cerca, apretujándose unos con otros, "retrocedieron y cayeron al suelo" (versículo 6). ¿Has visto alguna vez cómo van cayendo las fichas de dominó? Así es como esta multitud debió actuar.
Este hubiese sido un buen momento para Judas, reconsiderando la decisión de traicionar a Jesús. Pero aparentemente no podía esperar para hacer lo que quería hacer. Y ciegamente siguió su curso hacia el infierno.
He visto a personas racionales, que saben lo que hacen, hacer locuras inimaginables bajo el poder del pecado. Salomón, conocido por su sabiduría, pecó abierta e impúdicamente contra Dios. Por esto es que tenemos que ser muy cuidadosos. Pensamos que podemos manejar el pecado. Decimos: "No, esto no es un problema para mi. Yo soy fuerte". Pero ese es el comienzo de la caída.
Resumen: Confiarse demasiado en uno mismo nos lleva a recaer.
Copyright © 2012 por Harvest Ministries. Todos los derechos reservados.
Excepto cuando se indica, los pasajes de la escritura están tomados de la Nueva Versión Internacional. Usado con permiso. Todos los derechos reservados. Nueva Versión Internacional® NVI® Copyright © 1999 by Biblica, Inc.®
Un pequeño ejercitó marchaba hacia Jesús. Espadas y lanzas y escudos y antorchas se movían hacia él en la oscuridad como una banda para arrestarle. En su histeria, les impulsaba su mentalidad oscura: ¡Si, vamos a cogerle! ¿A quién estamos cogiendo nosotros de nuevo? Ya sabes cómo actúan las bandas mafiosas. Juegan entre ellos, ni siquiera saben muy bien qué es lo que persiguen. Están inmersos en la emoción del momento.
Eso era lo que debía estar ocurriendo según el grupo se acercaba a Jesús de Nazaret, que nunca había quebrantado ninguna de sus leyes. Y para mostrarles que Jesús no era una víctima indefensa, sino un poderoso vencedor, se puso en pie y les dijo: "A quién estáis buscando" (Juan 18:7).
Le contestaron: "A Jesús el nazareno".
Y el les dijo: "Yo soy". Y con esas palabras, según relata el evangelio de Juan, todos los que estaban allí cerca, apretujándose unos con otros, "retrocedieron y cayeron al suelo" (versículo 6). ¿Has visto alguna vez cómo van cayendo las fichas de dominó? Así es como esta multitud debió actuar.
Este hubiese sido un buen momento para Judas, reconsiderando la decisión de traicionar a Jesús. Pero aparentemente no podía esperar para hacer lo que quería hacer. Y ciegamente siguió su curso hacia el infierno.
He visto a personas racionales, que saben lo que hacen, hacer locuras inimaginables bajo el poder del pecado. Salomón, conocido por su sabiduría, pecó abierta e impúdicamente contra Dios. Por esto es que tenemos que ser muy cuidadosos. Pensamos que podemos manejar el pecado. Decimos: "No, esto no es un problema para mi. Yo soy fuerte". Pero ese es el comienzo de la caída.
Resumen: Confiarse demasiado en uno mismo nos lleva a recaer.
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Escritura
Acerca de este Plan
Treinta días de devocionales inspiradores con la Palabra de Dios, por el pastor Greg Laurie. En su estilo directo, conversacional, el pastor Greg nos trae relevantes pensamientos inspirados es la Escritura, ayudándonos a "conocer a Dios y dándole a conocer" en nuestro caminar cristiano diario.
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We would like to thank Greg Laurie and Harvest Ministries for providing this devotional. For more information, please visit: www.harvest.org