Devocionales diarios con Greg LaurieMuestra

La clave es el Hijo

La sabiduría común sobre lo que ocurre cuando morimos es que estaremos delante de Dios, y si hicimos las suficientes buenas obras, y éstas sobrepasan las malas, entonces entraremos en el cielo, porque el cielo es para los buenos. Y los buenos van al cielo.

Pero la otra creencia es que hemos hecho suficientes cosas malas como para sobrepasar todas las buenas, así que iremos al infierno, porque el infierno es para los malos. El cielo es para los buenos que entran allí por sus buenas obras, mientras que el infierno es para los malos que han hecho cosas malas.

Pero esto no es lo que la Biblia enseña. En ella se nos dice que el infierno está preparado para el diablo y sus ángeles (ver Mateo 25:41); no está preparado en ningún caso para los malos. El cielo es el lugar donde vivir con Dios, y la forma de entrar en el cielo se basa en lo que hicimos con Jesús. Lo que Dios quiere que sepamos es si creemos en Jesucristo.

Incluso aunque hayas vivido una vida malvada y pecado todo el tiempo, si en tu lecho de muerte clamas y pides ayuda al Señor Jesucristo en arrepentimiento sincero, irás al cielo. Pero si has vivido una vida buena y has sido una persona relativamente moral y hecho buenas obras, pero nunca has puesto tu fe en Jesucristo, entonces no irás al cielo. Y, de paso, que sepas que tus buenas obras nunca van a sobrepasar las malas. Así que da las gracias porque no vas a ser juzgado por ellas.

La seguridad de que iremos al cielo no es como nuestra cultura actual lo ve, sino como nos enseña la Biblia. La clave es el Hijo, no el pecado.

Resumen: ¿quién irá al cielo?

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