¿Quién es Jesús? Parte 4Muestra
¿Te estás resistiendo?
En Mateo 25, Jesús nos cuenta una serie de historias que continúan enseñándonos y presentándonos su reino. Jesús era un narrador fenomenal. Usaba su conocimiento sobre la condición humana y la naturaleza del cielo para tejer estas parábolas magistrales acerca de lo que somos y lo que fuimos predestinados a ser.
Una de sus historias más famosas, llamada por muchos la Parábola de los talentos, nos cuenta sobre cuatro individuos: tres siervos y su amo. El amo decide emprender un largo viaje, pero antes de irse, confía una suma de dinero a cada uno de sus tres trabajadores. El primero se pone rápidamente manos a la obra y duplica la inversión. El segundo siervo lo imita al usar lo poco que tiene para obtener más. Pero el último no captó la onda. De hecho, decide que el mejor curso de acción es cavar un agujero en su patio y enterrar el dinero de su amo. Enterrar un tesoro es divertido, pero no sirve de nada en el suelo.
El amo regresa y se reúne con sus tres administradores. El primer siervo es profundamente felicitado por su lealtad con el dinero que se le dio y es recompensado con más recursos y responsabilidades. Lo mismo ocurre cuando el segundo siervo ofrece sus ganancias al amo. Después, tenemos al pirata (¿entiendes, enterró su tesoro?) y esto es lo que dice:
“... ‘Señor,’ explicó, ‘yo sabía que tú eres un hombre duro, que cosechas donde no has sembrado y recoges donde no has esparcido. Así que tuve miedo, y fui y escondí tu dinero en la tierra. Mira, aquí tienes lo que es tuyo’”. Mateo 25:24-25 NVI
El amo reprende al hombre por su holgazanería y necedad, preguntando por qué no había, al menos, llevado el dinero al banco para que ganara un poco de intereses. El siervo no tiene una buena defensa, lo despiden del trabajo y lo echan de la casa del amo.
Al escuchar esto, podemos estar tentados a pensar que todo se trata de dinero e invertir sabiamente para obtener un buen retorno. Y aunque eso es genial, hay mucho más bajo la superficie de esta historia.
Este relato, entre otras cosas, ilustra la diferencia entre actuar con confianza y actuar con preocupación. ¿Recuerdas el Sermón del monte? Jesús estaba mostrando que el tipo de relación que obtenemos con Dios es un alianza marcada por la confianza y no por la preocupación.
El siervo holgazán escondió sus recursos por miedo en lugar de confiar en la oportunidad que su amo le estaba ofreciendo. Me pregunto, ¿cuántos de nosotros cometemos el mismo error? ¿Con cuánta frecuencia nos resistimos a seguir por completo a Jesús porque nos asusta equivocarnos?
Debemos reconocer que el seguir a Jesús no se trata de ser exitosos; se trata de ser fieles. Confiamos en Él y ponemos manos a la obra. Al amo en esta historia no le importaba la cantidad de dinero que le devolverían, él dijo que hubiera estado feliz si todo lo que el hombre hubiera hecho era llevar el dinero al banco para ganar un poco de intereses. Pero el tercer hombre, como muchos de nosotros, elegió retener lo que tenía. Dios quiere obrar a través de nosotros, nuestros dones, recursos e influencia para llevar lo bueno al mundo. Este es el tipo de asociación que Dios ha deseado para nosotros desde el principio. Pero las alianzas no funcionan muy bien si una de las partes se contiene.
Decidamos, entonces, confiar en Dios con todo lo que tenemos y somos y Él, el socio perfecto, hará mucho más con nuestros fieles esfuerzos que lo que jamás podríamos hacer por nuestra cuenta.
Escritura
Acerca de este Plan
¿Quién es Jesús? Esta es una pregunta fundamental porque si Jesús es realmente quien dice ser, eso lo cambia todo. Pero si Jesús no es quien dice ser, también lo cambia todo. Acompáñanos en la parte final de nuestro viaje a través del Evangelio de Mateo mientras descubrimos la respuesta a esta pregunta fundamental.
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