Falta de pazMuestra

Paz en la espera 

Ayer hablamos de encontrar paz en las promesas de Dios, pero lo más difícil es estar en medio de la espera de la respuesta de Dios. Todos hemos estado en esas épocas en que Dios se manifiesta a todos menos a uno mismo. Quizás aún no tengas el trabajo deseado, tal vez quisieras estar casado, pero las posibilidades escasean, a lo mejor deseas tener un bebé, pero la noticia parece llegarles a otros.

Sea lo que sea que estés esperando, Dios no te ha olvidado. Él está contigo en la espera. Precisamente, la época de Adviento y Navidad están basadas en la espera — la espera de que llegue al mundo el Príncipe de Paz y rescate a toda la humanidad del pecado. 

¿Puedes imaginar cuán larga pareció esa espera? Aproximadamente pasaron 750 años desde que Isaías escribió la profecía sobre el nacimiento de Jesús en Isaías 9:6, hasta que nació. Durante siglos, la gente esperó sin tener la seguridad de cuándo (o dónde) cumpliría Dios Sus promesas. ¡Entonces envió a Su Hijo, Jesús!

Ahora ya no tenemos que esperar por el cumplimiento de nuestra paz. Pero sí esperamos Su segunda venida, el día en que nuestro Dios cambiará todos los males para bien. 

En nuestro mundo caótico, experimentamos épocas de espera. Sabemos que nuestro tiempo de espera no es tiempo desperdiciado. Por más que quisiéramos adelantarnos hacia el cumplimiento de lo que esperamos, es en medio de la espera donde nos damos cuenta a quién adoramos. 

 Pregúntate a ti mismo: ¿Estoy más preocupado por conseguir lo que quiero que por conocer a Dios? 

Es una pregunta fuerte, pero vale la pena hacerla porque revela a quién o a qué adoramos. 

Aquí está el punto: ¿estará bien sentirse frustrado y clamar a Dios cuando no entendemos Su tiempo? A decir verdad, eso le agrada. Sin embargo, la etapa de espera no se trata de obtener las cosas que queremos. Se trata de poner nuestra esperanza y nuestra confianza en Dios. 

Así que, puedes replantear tu temporada de espera. En vez de enfocarte en esperar, dirige tus pensamientos a recordar — recordar quién es Dios, todo lo que Él ya ha hecho y lo que sabes que es verdadero de Su carácter. 

Si estás luchando por tener paz durante la espera, capta esto: 

El Señor afirma los pasos del hombre cuando le agrada su modo de vivir; podrá tropezar, pero no caerá, porque el Señor lo sostiene de la mano. Salmo 37:23-24 NVI

Dios está dirigiendo tu historia, cada detalle cuenta para Él. Él te sostiene cuando las cosas se ponen difíciles. Él se regocija en ti. 

No te apresures durante el proceso de espera. En vez de hacerlo, encuentra paz al detenerte y tomar tiempo para descubrir lo que Dios te está enseñando. Así que hoy, reflexiona en estas preguntas mientras esperas: 

• Dios, ¿qué me estás mostrando en este tiempo? 
• ¿Cómo puedo utilizar este período de espera para Tu gloria y para el bien de otros?