Falta de pazMuestra

Paz en las relaciones 

La incertidumbre tiende a exagerar los conflictos y a endurecer opiniones. En una temporada donde “sin precedentes” podría ser la expresión del año, todos hemos enfrentado conflictos. 

Ya sean argumentos políticos que comienzan en las cenas de las festividades, comentarios acalorados en las redes sociales o discusiones fuertes sobre límites morales, a veces las personas que más amamos nos pueden causar gran estrés. 

La paz es posible en nuestras relaciones. De hecho, traer paz al mundo es algo a lo que estamos llamados a hacer como seguidores de Jesús. En el Sermón del Monte, Jesús dijo: 

Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. Mateo 5:9 NVI

Nota que dice “los que trabajan por la paz” — no “los que guardan la paz”. El lograr la paz es un proceso activo. No significa aprobar toda opinión expresada durante una cena. Tampoco significa que tenemos que estar de acuerdo con todo o nunca oponernos. Esas acciones podrían crear la apariencia de paz – pero no paz real. 

Aunque es tentador ignorar el conflicto o pretender que no existe, eso no es una respuesta originada en el amor. Romanos 12:9 nos dice que el amor debe ser sincero. Si escondemos nuestros sentimientos heridos, no estamos trayendo paz — estamos evadiendo el proceso de hacer la paz. 

Sin embargo, en Romanos 12, Pablo continua desafiándonos a considerar lo que realmente es la paz; lo cual no es fácil. Luego de animarnos a bendecir a los que nos hieren, de evitar buscar venganza y de vivir con otros en armonía, declara lo siguiente: 

Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes,, vivan en paz con todos. Romanos 12:18 NVI

Nota que dice, “en cuanto dependa de ustedes”. Eso significa que no tenemos un pase por el comportamiento de nuestro tío loco. Por muy caótico que parezca todo lo que nos rodea, Dios sigue queriendo que busquemos la paz, ya sea comprometiéndonos directamente con alguien o retirándonos de una situación si sabemos que es la mejor manera de traer la paz en ese momento.

Entonces, ¿cómo podrías ser un hacedor de la paz en toda circunstancia? En Santiago recibimos un poco más de sabiduría acerca de esto: 

En cambio, la sabiduría que desciende del cielo es ante todo pura, pacífica, bondadosa, dócil, llena de compasión y de buenos frutos, imparcial y sincera. El fruto de la justicia se siembra en paz para los que hacen la paz. Santiago 3:17-18 NVI

Ser un hacedor de la paz requiere pedir sabiduría a Dios, luego probar esa sabiduría evaluando si está llena de paz o llena de nuestro orgullo. Significa que aunque está bien compartir nuestra opinión y expresar lo que nos preocupa, prioricemos a los demás por encima nuestro. 

Se trata de ser humildes y amables cuando compartimos nuestra perspectiva. Significa evaluar nuestros motivos para compartir y asegurarnos de que lo hacemos pensando en la restauración. Y se trata de preguntarse si nuestro objetivo es buscar la justicia o tener razón. 

Así que, cuando te encuentres en una situación que requiera un poco de paz relacional, haz una pausa. Asume lo mejor de la otra persona. Habla de cómo te sientes o de lo que piensas. Sé humilde. Muestra empatía. Ora sobre ello. Y pregúntate qué acción puedes llevar a cabo a continuación para poner paz en la situación. 

Al hacerlo, estás siendo un hacedor de la paz — y estás siendo un hijo de Dios.