Vivir renovado: ProvisiónMuestra
Dios está en los detalles
Un devocional con Amy
Puede ser difícil comenzar a confiarle a Dios nuestras finanzas. Incluso cuando damos ese paso de fe al comenzar a diezmar, puede ser difícil creer que Él vela por cada pequeña cosa en nuestras vidas. Es como si pensáramos en Dios en términos humanos, asumiendo que Él no tiene tiempo para los detalles si mantendrá todo a flote. Lo cierto es que Dios no tiene límites. Él es capaz de orquestar bendiciones milagrosas mientras se ocupa de las pequeñas cosas que son importantes para nosotros.
Cuando mi esposo sintió el llamado para el ministerio de tiempo completo, tuvo un recorte salarial del 90%. Yo no tenía ninguna duda dónde lo quería Dios. Aun así, sentía miedo de lo que significaba ese cheque de pago tan pequeño para nuestra familia que lloraba cada vez que alguien lo mencionaba. Tuve que rendirme una y otra vez y elegir confiar en la provisión de Dios cada vez que entraba el miedo.
Recuerdo, un día en particular, que fui a mi guardarropa y saqué un par de botas negras desgastadas. Yo sabía que era necesario reemplazarlas, pero no era posible adquirir unas nuevas. Mientras estaba ahí parada, viendo las botas, comencé a desmoronarme. Mis pensamientos pasaron rápidamente a que no tendríamos lo suficiente para jubilarnos y terminaríamos viviendo en una caja de cartón. Incluso mientras bajaba en espiral, sabía que lo único que podría detener la espiral era Jesús. Le dije a Jesús en voz alta que confiaba en que Él proveería para cada una de mis necesidades, tanto grandes como pequeñas. Declaré que sólo Él es nuestro proveedor, no mi esposo. Mientras hablaba esa verdad sobre mis circunstancias, sentí más paz.
Al rededor de una hora más tarde, recibí un mensaje de texto de una amiga. Me dijo que una de sus amigas se estaba mudando al otro lado del condado y quería regalar unos zapatos de mi talla. Asombrada por Dios, le pedí una foto de los zapatos. Dijo que no podía enviarme una foto porque había 50 pares. ¡50!
Solo pude llorar. No porque tendría zapatos nuevos — aunque definitivamente estaba emocionada por eso. Lloré porque Dios estaba recompensando nuestra fidelidad al ponerlo a Él en primer lugar en nuestras vidas y porque estaba llenando una necesidad tan específica. Para ser honesta, mi esposo tenía la capacidad de comprarme un par de zapatos nuevos, pero Dios superó lo que era posible por nuestros medios para darme más de lo que yo hubiera podido imaginar. En ese momento, Dios me ayudó a entender que Sus caminos son siempre más altos que los nuestros. Su provisión siempre es mayor. A través de ese regalo, Dios me estaba diciendo: “Tengo Mis ojos puestos en ti y siempre voy a cuidarte”.
Dios también ve tu situación y está contigo en medio de ella. Tal y como cuida a las aves en el aire y a las flores en el campo, Él promete proveerte de todo lo que necesitas. No te preocupes por el mañana. Confía en Dios hoy y permítele encargarse de tu futuro. Él se deleita en darnos regalos que van más allá de lo que alguna vez pudiéramos imaginar.
Acerca de este Plan
Servimos a un Dios generoso que promete proveer para nuestras necesidades diarias. Aunque no concede deseos, obra milagros. Dios se deleita en darnos regalos porque a Él le importamos profundamente, hasta en los pequeños detalles. En este Plan de 5 días se explorarán historias sobre la provisión de Dios, se desarrollará tu fe, y te animará a colocar a Dios en tus finanzas.
More