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El amor se relantizaMuestra

Love Slows Down

DÍA 3 DE 7

El amor que expulsa la ira 

Cuando no tratamos con nuestro miedo, éste puede convertirse fácilmente en ira. El miedo tiende a encontrar consuelo en la ira. Ésta promete ayudarnos a defendernos de lo que amenaza algo que valoramos o necesitamos. 

La ira siempre es una emoción secundaria. Viene de un sentimiento de amenaza (o dolor) a nuestra seguridad, conexión o control. Nos sentimos amenazados, luego nos enfadamos. El enfado no es un pecado. Es una señal. 

Jesús se enfadó cuando los líderes religiosos estaban abusando de la gente. Él volcó las mesas en el templo. (Mateo 21:12) Eso fue ira justa. La ira justa es real, pero es rara. 

Yo he tirado algunas mesas en mi vida, pero no puedo decir que haya sido porque estaba defendiendo a los débiles. Fue porque tenía expectativas incumplidas o sentía una amenaza a mi seguridad, conexión o control. 

¿Te sientes identificado? 

Cuando nos enfadamos por algo que nos ocurre, siempre es porque algo pasa en nuestro interior. La ira es como una luz de advertencia en tu coche que te avisa de que hay algo que debes solucionar. Lo que haces con esa luz de advertencia es lo que marca la diferencia entre usar la ira para mal o para bien. 

El apóstol Pablo dice: "Abandonen toda amargura, ira y enojo, gritos y calumnias, y toda forma de malicia. Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo" (Efesios 4:31-32). Cuando nos enojamos por situaciones que amenazan nuestra seguridad, conexión o control, esto tiende a llevarnos a la ira injusta y a la amargura, y a todas las otras cosas que Pablo menciona en ese versículo. Pero la ira también puede usarse para el bien. 

Nosotros usamos la ira para el bien cuando la controlamos y nos damos cuenta de que está señalando un área de nuestra vida que necesitamos rendir a Dios. Esta nos recuerda que solo el amor de Dios nos puede dar seguridad, conexión y control. El enfado puede señalar áreas de nuestra vida en las cuales estamos buscando aquellas cosas en otro lugar que no sea Él. Cuando te enfades, desacelera, respira profundo, aléjate de la situación, luego ora y pídele a Dios que te de paz y te muestre qué áreas necesitas rendirle a Él. Él te dará paz y visión. Y tú tendrás una mejor probabilidad de resolver la situación de una sana manera. El amor desacelera. El enfado acelera. Así que desacelera y apóyate en el amor de Dios hoy.

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Acerca de este Plan

Love Slows Down

Fuimos creados por amor, creados para el amor, y somos llamados a vivir en el amor de Dios. Este devocional, basado en el libro «Love Slows Down», te ayudará a desacelerar y cambiar el enojo, la ansiedad y la preocupación por una vida en el amor de Dios.

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Queremos agradecer a Jordan Raynor por proveer este Plan. Para más información, por favor visite: http://joelmalm.com