Avanzando

¿Cómo avanzar en la vida cuando has enfrentado una pérdida profunda? 

Cuando estamos dolidos, las personas pueden ofrecernos “palabras reconfortantes” e inadvertidamente herirnos más profundamente. Esto puede provocar en nosotros el querer aislarnos. Aunque no es sano que permanezcamos aislados, tal vez si el aislamiento fuera bien usado, podría ser exactamente lo que necesitáramos.

¿Cómo respondió Jesús cuando estaba afligido? Se retiró para pasar tiempo con Dios (Mateo 14:13). ¿Has pasado tiempo en la presencia de Dios cuando estás afligido?

Yo (Ashley), durante el 2015, 2016 y 2017, experimenté una temporada de sequía. Busqué a Dios, pero enfrenté un silencio ensordecedor.  Diariamente, continuaba leyendo las Escrituras y compartiendo la Palabra de Dios con mis estudiantes. Dirigía la alabanza. Sin embargo, a menudo me sentía triste. Estaba desanimada porque busqué a Dios y quería sentir una conexión profunda con Él. 

Estaba pasando un momento duro y estaba eligiendo acercarme más a Él, aunque era difícil. Y por mucho tiempo, realmente no sentí mucho de cualquier cosa que viniera de Dios. Continué experimentando una distancia. 

Esta experiencia no era completamente nueva para mí, pero era un nivel más profundo que nunca antes. Recuerdo estar en la secundaria en el campamento de la iglesia y querer sentirme más cerca de Dios. Recuerdo decir: “Voy a buscar más de Él”. Y funcionó. Cuando continué alabando (incluso luchando) para acercarme a Dios, encontré que Dios seguía estando allí. A veces solo tengo que esforzarme un poco más para acercarme a Él.

Estas experiencias me han revelado que soy YO quien se mueve. Mi dolor, mi pecado (y el pecado del mundo) se atraviesan en el camino. 

¿Qué se ha atravesado en el camino de tu conexión con Dios?

Nuestra conexión con Dios es nuestro sustento. Es lo que permite que nuestro corazón espiritual palpite, nos ofrezca un propósito, y nos permita fortalecer a los demás.

Cuando Jesús se retiró, las personas lo siguieron (Mateo 14:13). 

Las personas ven cómo te afliges. La manera en que sufres puede ser un testimonio.

Luego, en Mateo 14, Jesús tuvo compasión de otros y los sanó. Estaba entristecido, pero su fuerza venía del Señor, tanto que era capaz de fortalecer a los demás. Pídele a Dios que te sane, pero también que cree una oportunidad de ministrar a otros como resultado de sanar. ¿Qué ministerio puede surgir de tu dolor? 

Oremos.

Dios: 

Ayúdanos a acercarnos a ti (Hebreos 11:6). Queremos avanzar, en esta vida y a Tu presencia algún día. Ilumina nuestros pasos. Ayúdanos a acercarnos a Ti para que podamos acercar a otros a tu presencia. Queremos movernos del dolor a un lugar de fortaleza para que podamos animar a los que nos rodean. Esto requiere el poder sobrenatural que solo viene de Ti. Gracias porque nuestra debilidad da lugar a Tu fuerza (2 Corintios 12:9). 

Amén.

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-Chuck y Ashley