En tiempos de crisis, alimenta tu feMuestra
Kike Pavón - Cantante
5 El Señor vio la magnitud de la maldad humana en la tierra y que todo lo que la gente pensaba o imaginaba era siempre y totalmente malo.
6 Entonces el Señor lamentó haber creado al ser humano y haberlo puesto sobre la tierra. Se le partió el corazón.
7 Entonces el Señor dijo: «Borraré de la faz de la tierra a esta raza humana que he creado. Así es, y destruiré a todo ser viviente: a todos los seres humanos, a los animales grandes, a los animales pequeños que corren por el suelo y aun a las aves del cielo. Lamento haberlos creado».
A Dios se le rompió el corazón y lamentó haber creado al hombre. El Dios de amor y misericordia no ve solución en un mundo descarriado y considera que la mejor opción es destruir todo, no dejar rastro y empezar de nuevo. Pero aparece el versículo 8: «Pero Noé encontró favor delante del Señor.»
Un corazón que ama a Dios nunca es despreciado. Aún en medio de un mundo descarriado Noé encontró el favor de Dios y fue el eslabón que mantuvo la creación de Dios. Y sí, ya lo sé, estás pensando: «¡pero Dios destruyó todo!» Pero no, todo no.
Por Noé se salvó su familia y una representación de todas las especies de animales.
Vino el diluvio que fueron 40 días (qué curioso, una cuarentena), y después de casi un año entre una cosa y otra, salieron del arca
Génesis 8:20-22
20 Luego Noé construyó un altar al Señor y allí sacrificó como ofrendas quemadas los animales y las aves que habían sido aprobados para ese propósito.
21 Al Señor le agradó el aroma del sacrificio y se dijo a sí mismo: «Nunca más volveré a maldecir la tierra por causa de los seres humanos, aun cuando todo lo que ellos piensen o imaginen se incline al mal desde su niñez. Nunca más volveré a destruir a todos los seres vivos.
22 Mientras la tierra permanezca, habrá cultivos y cosechas, frío y calor, verano e invierno, día y noche».
El diluvio y Noé son el ejemplo de que en medio de lo que parece una destrucción, un corazón que cree y obedece a Dios trae la misericordia de Dios a su casa, y puede convertir un castigo, como fue la lluvia de Génesis 6 al 8, en una bendición hoy fundamental para la vida, y que cada vez que llueve la tierra sea bendecida. Al acabar sale el sol, y con él, el arcoíris que nos recuerda que nunca más seremos destruidos.
Seamos como Noé, volvámonos al Señor para traer misericordia a este mundo que, como el de aquel tiempo, está descarriado y lejos de Dios.
Escritura
Acerca de este Plan
Seguramente has tenido alguna vez la sensación de la ausencia de Dios en medio de los conflictos. Son momentos en los que nuestra fe es probada para afirmarnos en la seguridad de que Dios está al control de nuestras vidas, de la historia, y el temor puede convertirse en paz al saber que Dios está con nosotros. Dios tiene algo que decirte en los próximos días. ¡Adelante!
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Nos gustaría agradecer a la Sociedad Bíblica de España por proporcionar este plan. Para mayor información por favor visite: http://www.sociedadbiblica.org