En tiempos de crisis, alimenta tu feMuestra

Jose Luis Andavert - Pastor y difusor bíblico

¿Tonterías? No, gracias. 

Eclesiastés 5:1-2 (Biblia La Palabra - BLP)

1 Que no se precipite tu boca ni se apresure tu mente a pronunciar una palabra ante Dios, porque Dios está en el cielo y tú estás en la tierra. Por eso, sé parco en palabras,

2 pues excesivo trajín produce sueño, y excesivas palabras dan lugar a tonterías.

En días de incertidumbre y temores como los que estamos viviendo por razón de la pandemia del COVID19 nos encontramos con toda clase de comentarios sobre la situación y sus consecuencias. Los comentarios, que nos llegan por TV, radio y especialmente por las redes sociales, son muy diversos y los hay de todo tipo:

«Esto es castigo de Dios» 

«La naturaleza se autogestiona y elimina el exceso de población» 

«Señales del fin de los tiempos»

«Esto lo vamos a controlar»  

«Alguien ha producido el virus para la guerra biológica»

«El gobierno lo hace tarde y mal»

Y podríamos seguir con un largo etc. 

Y puestos a decir y opinar, incluso personas que a duras penas acabaron la educación básica, pero con «carrera política», se atreven a enmendar la plana a científicos experimentados que además de formarse llevan una vida dedicada a luchar con enfermedades para ayudarnos a una vida digna. En fin, que parece que sabemos de todo.

Me preocupa especialmente los profetas de turno, surgidos aquí y allí, que seducen a almas cándidas, personas de buena fe, que se dejan llevar. Pastores, apóstoles y profetas sin escrúpulos que opinan de todo, eso sí, Biblia en mano, y se lucran en esta situación aprovechándose de sus seguidores. 

El escritor de Eclesiastés, desde su experiencia de vida, realiza reflexiones y da consejos prácticos para la conducta del ser humano que son muy apropiados en este tiempo. 

El texto en cuestión es una recomendación al estar en la presencia de Dios. Son dos consejos extraordinarios.

En primer lugar, v.1 «sé parco en palabras», es decir, que no sabemos todo. Dios está en el cielo, Él es soberano y controla las situaciones. Nosotros estamos en la tierra, para disfrutarla y vivir en ella, pero no controlamos el mundo y lo que en él hay. Dios al fin está al control, y dependemos de su gracia y amor en toda circunstancia. También en esta. Y depender de Él es hacer todo lo que está en nuestra mano, sabiendo que en último extremo todo depende de Él. 

En segundo lugar, v.2 «dejémonos de tonterías». Efectivamente, escuchamos tantas cosas, hay tanto trajín que produce sueño. Escuchamos tanto en las noticias que nos aburre. Y al final, ¡se dicen tantas tonterías! Y no estamos para tonterías. 

Así que, ¿qué podemos concluir de las palabras de Eclesiastés? 

Sencillamente, que en las manos de Dios estamos y que como hijos responsables suyos debemos de hacer todo aquello que cabalmente esté en nuestras manos por un mundo mejor, por el bien de nuestro mundo y los que en él habitamos. Todos nuestros dones y capacidades al servicio del ser humano, en la tierra, y en dependencia y confianza en Dios, que está en el cielo.