La eliminación implacable de la prisaMuestra

Desapresúrate al ritmo de Jesús

El filósofo Dallas Willard una vez llamó a la prisa “el gran enemigo de la vida espiritual en nuestros días”, e instó a los seguidores de Jesús a “eliminar sin piedad la prisa de su vida”.

Cuando me encontré por primera vez con la visión anti-prisa de Willard sobre la vida en el reino de Jesús, tocó una fibra profunda en mi alma. Y, sin embargo, su culpable del “gran enemigo de la vida espiritual” no es lo que yo esperaría. Vivo en una de las ciudades más seculares y progresistas de Estados Unidos, pero si me preguntaran, ¿cuál es el mayor desafío para tu vida espiritual en Portland?, no estoy segura de lo que diría.

¿Cómo responderías a esa pregunta?

Apuesto a que muy pocos de nosotros elegiríamos por defecto “apresurarnos” como respuesta.

Y, sin embargo, cuanto más lo pienso, más estoy de acuerdo.

Corrie Ten Boom dijo una vez que si el diablo no puede hacerte pecar, te hará estar ocupado.

Su lógica es sólida: tanto el pecado como el estar ocupado tienen exactamente el mismo efecto: cortan nuestra conexión con Dios, con otras personas e incluso con nuestra propia alma.

Muchos de nosotros estamos demasiado ocupados para vivir vidas emocionalmente saludables y espiritualmente ricas y vibrantes.

Eso dicho, existe un tipo saludable de estar ocupado, donde tu vida está llena de cosas que importan, no desperdiciada en ocios vacíos o actividades triviales. Según esa definición, Jesús mismo estaba ocupado.

El problema no es cuando tienes mucho que hacer, sino cuando tienes demasiado que hacer y la única manera de cumplir con la cuota es apurándote.

Y, como exploraremos en los próximos días, la prisa es incompatible con la vida en el reino de Jesús.

Simplemente no podemos vivir con Jesús en su reino y vivir una vida de velocidad.

Ejercicio del día: Baja el ritmo

¿Cómo sería para ti bajar el ritmo hoy?

A medida que avanza el día, presta atención a tu cuerpo, a las sensaciones de prisa, estrés, distracción o irritación que sientes. Observa cómo inhiben tu capacidad de estar presente en amor.

Haz una pausa dos o tres veces más durante este día para simplemente respirar, absorber la presencia amorosa de Dios y practicar la gratitud.

Pregunta de lectura: ¿Cómo la naturaleza pausada y presente al momento de Jesús aumentó su capacidad para atender a la mujer con hemorragia interna en su necesidad?