Afanosos por NadaMuestra
¿Qué pasa si puedes alabar a Dios incluso en medio del dolor? Brian experimentó la ansiedad que le llevó a síntomas físicos también. Pero a través de su experiencia, ha descubierto que él sigue teniendo mucho por lo que agradecer a Dios. Esta es su historia:
La primera vez que lidié con la ansiedad aguda y el pánico fue hace algunos años cuando vivía en un país extranjero durante una etapa desafiante de mi vida. Mientras intentaba aprender un nuevo idioma, empezar un negocio, ser la luz de Cristo donde no había virtualmente ninguna iglesia presente, y ser el padre de dos gemelos de dos años, era como si descendiera poco a poco un valle oscuro.
A lo largo de varios meses, sufrí de dolor de pecho, dolores de cabeza y otras enfermedades que sirvieron como catalizador para el miedo y preocupación como nunca antes lo había experimentado. Hasta ese momento de mi vida, nunca había luchado demasiado contra la preocupación, y si soy honesto, incluso me sentía orgulloso de ser una persona valiente al tomar riesgos. Pero pronto comencé a pensar en los peores escenarios—convencido de que algo serio estaba mal conmigo o que algo terrible le iba a pasar a mi familia.
La gente pregunta si mi ansiedad era circunstancial, psicológica, o espiritual. Habiendo considerado esto bastante, estoy convencido de que la respuesta es «sí». Creo que a menudo puede haber multiples cosas en juego. El estrés tiene una forma de hervir hasta un punto en el que incluso aquellos con la mayor tolerancia son susceptibles a su fuerza de construcción.
Además, como otras limitaciones físicas o enfermedades, algunos de nosotros experimentamos tiempos en los que nuestro equilibrio químico corporal está desequilibrado. A demás, nuestro enemigo espiritual parece ser un oportunista cuando se trata de sus ataques, golpeando en nuestras zonas de debilidad.
En el famoso desafío de Pablo de no estar afanosos por nada en Filipenses 4:6-7, el nos llama a que no solo oremos, sino también dar las gracias. El contexto de la instrucción de Pablo no es inmediatamente después de la victoria o después de recibir un avance milagroso. De hecho, el propio Pablo estaba luchando contra una terrible situación. Estaba escribiendo a la iglesia de Filipos desde la prisión y enfrentaba un futuro muy incierto. Y aún así, su carta refleja su profunda alegría y actitud de regocijo.
Así que en el medio de nuestro dolor, también nosotros podemos dar alabanza.
No creo que Pablo nos esté pidiendo que acumulemos una gratitud falsa. Pienso que Pablo nos desafía a dar las gracias cuando es debido, incluso en medio de cualquier lucha actual que estemos atravesando.
He descubierto que nunca me encuentro sin ninguna cosa por la que celebrar. Incluso durante algunas de nuestras pruebas más difíciles a las que nos hayamos enfrentado, siempre ha habido cosas por las que ser agradecido. Meditar en ellos y expresarle gratitud me ayuda a transformar mi perspectiva y a recalibrar mi mente.
Una sobrecarga de pensamientos negativos o estresantes puede crear una sensación general de fatalidad inminente. Pero incluso cuando expreso mi agradecimiento a Dios como un acto forzoso de disciplina, a menudo siento que el peso comienza a levantarse.
Eso no quiere decir que haya una fórmula ingeniosa para una vida sin ansiedad. Pero el principio de alabar a Dios incluso a través del dolor es un camino hacia Su presencia vivificante, la cual nos ofrece paz.
-Brian
Acerca de este Plan
¿Y si hubiera una mejor manera de combatir las preocupaciones interminables que te mantienen despierto por la noche? Un descanso real está disponible-tal vez más cerca de lo que piensas. Reemplaza el pánico por la paz a través de este plan de 7 días de Life.Church, acompañando al Pastor Craig Groeschel en su mensaje Afanosos por Nada.
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