Mis batallas por ganarMuestra

¿Cuántos años tienes pensado vivir?

Sí, sé que no tenemos una respuesta exacta, pero pensando en números generales, ¿cuántos años te imaginas? ¿70, 80, 90 .... o miles? Quiero decir, ¿somos conscientes de la diferencia entre lo temporal y lo eterno? Porque eso le pone un contexto diferente a todo en nuestra vida. ¿O no? Valoraremos diferente cada momento, no importa de qué se trate, teniendo la referencia correcta. Es como pensar en correr 100 metros o 42 km. No se corre igual. No lleva el mismo tiempo. ¡Hasta lo físico es diferente!

Un amigo me dijo una vez hablando de prioridades: «Si para conseguir algo que tiene un precio (€) pagamos con cosas que no tienen precio (afectos, tiempo, salud, etc), ¡somos muy malos haciendo negocios!»

Lo mismo se puede aplicar a lo temporal y lo eterno.

Incluso el peso o la importancia de algunas pruebas o problemas cambia si lo medimos comparado con un plazo mayor que el «ahora». No digo que pensando así sea más fácil o menos doloroso, pero sí creo que a veces necesitamos ponerlo al nivel correcto para poder pelear con ello.

Hoy leí una frase que me impactó y quiero compartirla contigo.

«No pongas un punto final donde Dios puso una coma.»

Me hizo recordar cosas que ya sucedieron y que en ese momento parecía que nunca terminarían. Eran una coma, no se había terminado. Dios tenía algo después, pero necesitaba que me parase un instante, que tomase aliento, que me acomodase, para poder seguir.

Las comas de Dios no son eventos al azar, están ahí con un propósito. 

Hoy quiero cambiar mi perspectiva. Acomodar lo que vivo a su realidad y a sus tiempos. Creer que todavía no ha terminado. Puso una coma para que respire y me acomode a sus planes, porque después de esto viene algo mejor.