Mis batallas por ganarMuestra

Presencia que transforma.

¿Estás de paso por el Valle del Llanto? Prepara tu copa porque vienen los manantiales refrescantes. Ahí no solo podrás lavar tus lágrimas; es agua de vida, y eso producirá, vida. Pero además vienen las lluvias, las encargadas de llenarte de bendiciones y comprobar una vez más que Dios es fiel, siempre.

Es cierto, no son muchos los valles que nos gustan. No creo que andemos por ahí buscando el próximo problema o la próxima angustia. Pero la verdad es que llegará de todas maneras, porque tiene un propósito, que aún no vemos, pero que en las manos correctas nos hará más fuertes y nos llevará otra vez a reconocer que Él es el Señor también en los valles y las tormentas. 

Puede que alguno parezca interminable, pero solo quiere decir que te hará más fuerte, habrás aprendido cuánta fuerza puso Dios en ti, y cuan cerca está  Él cada vez que mires más allá de ti mismo.

En el día 39, Noé no sabía cuánto faltaba para terminar con el diluvio, pero sabía que había una palabra, la misma que le había acompañado los 38 días anteriores y el tiempo que tardó en construir el arca. Esa era su esperanza. «Él lo dijo,  Él lo hará»

No sé si estás en el día 1 o en el 39, porque no lo sé tampoco en mi vida. Lo que sí sé es que  Él fue fiel mil veces en mi vida, y no hay duda de que lo volverá a ser. No es lo que  Él hace, es lo que  Él es, lo que me mantiene ahí, buscando su fuerza, clamando por su socorro y expectante de que llegará el día 40, y entonces veré el sol una vez más.