Epístolas de Pablo en prisión: Pablo y los filipensesMuestra

Ayuda para perseverar: Filipenses 2:19-30

Pablo ofreció apoyo práctico a los filipenses para que perseveren durante las privaciones que estaban soportando, lo hizo enviando ministros que cuidarían de ellos.

Pablo sabía que su carta enseñaría a los filipenses cómo sobrellevar el sufrimiento. Pero él también entendió que es mucho más fácil soportar el sufrimiento cuando tenemos personas que nos ayudan diariamente y que sobrellevan el sufrimiento junto a nosotros. Decidió que juntamente con su carta, enviaría a sus amigos a ministrarlos en ese tiempo de necesidad.

Primero, Pablo planeó enviar a Epafrodito, el mismo mensajero filipense que al principio fue a ministrar a Pablo. Es probable que Epafrodito haya sido en realidad quien entregó la carta de Pablo a los filipenses. Como vemos en Filipenses 2:25-30, la iglesia en Filipos estaba preocupada por Epafrodito porque había caído enfermo, y a él le preocupaba que ellos estuvieran inquietos. Por eso Pablo lo envió de vuelta para tranquilizarlos y para que él los ministrara.

Luego, Pablo planeó enviar a Timoteo a Filipos. Hasta ese entonces él había estado con Pablo sirviéndole en la prisión durante sus penurias. Como leemos en Filipenses 2:19, Pablo esperaba enviarlo para que les ayudara en un futuro cercano.

Finalmente, Pablo esperaba ser liberado de la prisión y poder ir en persona a ministrarlos. Expresó su deseo en Filipenses 2:24 con estas palabras:

Y confío en el Señor que yo mismo iré pronto. (Filipenses 2:24).

La palabra griega pepoitha, traducida aquí como "confío", estaría mejor traducida como "persuadido". Pablo tenía esperanza de ser liberado, pero no estaba seguro de ello.

En cualquier caso, Pablo sabía que unos seres humanos comprensivos serían muy valiosos para la iglesia de Filipos, que se debatía bajo el peso de las dificultades. Por lo tanto, estableció un programa que les proporcionaría ministros capacitados y cariñosos de forma regular.