Epístolas de Pablo en prisión: Pablo y los filipensesMuestra

El ejemplo de perseverancia de Pablo: Filipenses 3:1-16

En Filipenses 3:1-16, Pablo se ofreció a sí mismo como un ejemplo positivo de perseverancia en la fe en relación con su manera de pensar y su conducta.

Concretamente, Pablo explicó que cuando llegó a la fe en Cristo, dejó de confiar en los valores terrenales para ganar el favor y la bendición de Dios y tuvo que empezar a depender únicamente de Cristo. Pero esto no se debió a que no estuviera a la altura de los criterios terrenales. Al contrario, según los criterios terrenales, Pablo debería haber sido uno de los más favorecidos por Dios. Considera la descripción de sus credenciales en Filipenses 3:4-6:

Yo mismo tengo motivos para tal confianza. Si cualquier otro cree tener motivos para confiar en esfuerzos humanos, yo más: circuncidado al octavo día, del pueblo de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de pura cepa; en cuanto a la interpretación de la ley, fariseo; en cuanto al celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que la ley exige, intachable. (Filipenses 3:4-6).

Si algún ser humano hubiera ameritado la bendición de Dios por guardar la ley, hubiera sido Pablo.

La verdad es que ningún ser humano caído puede ser lo suficientemente bueno para ser digno de recibir las bendiciones de Dios, la salvación y la vida eterna. Por eso Pablo se negó a confiar en sus méritos terrenales y dependió solamente del mérito de Cristo, el cual Dios le otorgó por medio de la fe.

Al mismo tiempo, también dejó claro que la mera proclamación de fe no es suficiente para garantizar nuestra salvación. Al contrario, debemos perseverar en la fe para obtener la vida eterna. Debemos mantener nuestra fe y vivir santamente, pues de lo contrario demostraremos que nuestra fe es falsa.

Por esto puso tanto énfasis en la perseverancia; en Filipenses 3:12-16 escribió sobre la salvación en Cristo en estos términos:

No es que ya lo haya conseguido todo, o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí.… sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús…vivamos de acuerdo con lo que ya hemos alcanzado. (Filipenses 3:12-16).

Profesar la fe no es suficiente; debemos probar nuestra fe al perseverar. Si no perseveramos hasta el fin, manteniendo la fe en Cristo para nuestra salvación y manteniéndonos fieles a Él, viviendo una vida piadosa, probamos que nuestra fe es falsa.