Epístolas de Pablo en prisión: Pablo y los filipensesMuestra

Onésimo como apelante: Filipenses 4:21-23

La carta cierra con los saludos finales de Pablo en Filipenses 4:21-23. Aunque esta sección es bastante estándar, hay un aspecto de estos saludos finales que merece un comentario especial. 

Específicamente, en Filipenses 4:22, Pablo envía saludos de los santos que pertenecían a la casa del César. En la antigüedad, el hogar del César incluía a los miembros de su familia y a sus sirvientes, vivieran o no en palacio con él. Y sus sirvientes no se limitaban a los obreros; también incluían a sus guardaespaldas personales, así como a muchos funcionarios.

Ahora bien, la mención de la casa del César ha hecho que muchos intérpretes de la Biblia concluyan que Pablo escribió desde Roma, donde el César vivía y gobernaba una casa real. Pero no debemos sacar esta conclusión precipitadamente. El hecho es que todos los funcionarios y guardias del César en todo el imperio se consideraban parte de su casa, incluidos los destinados en Cesarea Marítima. 

Sea como fuere, la mención de creyentes dentro de la casa del César demuestra que el encarcelamiento de Pablo no había obstaculizado su ministerio evangélico. Al contrario, Pablo había seguido ganando discípulos, incluso entre sus carceleros.