Come, corre y recuerdaMuestra

Intercambia lo conocido por lo desconocido

Aun estando listos los israelitas para abandonar la esclavitud en Egipto, estaban dejando atrás 430 años de historia conocida por el desierto desconocido. Irse era el siguiente paso lógico, pero ¿a dónde?

Cuando no estamos seguros del destino final, es suficiente con tomar el siguiente paso lógico. Me pregunto si Todd Beamer y sus compañeros sabían qué harían en caso de conseguir someter a los secuestradores. Me imagino que ninguno de ellos era piloto, pero no permitieron que esa preocupación los paralizara. Simplemente dieron el siguiente paso lógico y atacaron la cabina.

Para Moisés y los israelitas, salir de Egipto significaba avanzar de lo conocido hacia lo desconocido. ¿Alguna vez has hecho eso? ¿Alguna vez te has mudado a un sitio desconocido? ¿Alguna vez has ido a una escuela nueva sin conocer una sola alma, o entrado a un vestuario o a un campo deportivo que nunca habías visto antes? ¿Alguna vez has empezado un nuevo trabajo sin tener ni idea de qué hacer? ¿O probablemente te has graduado en la universidad y no has sabido hacia dónde te podía llevar tu primer trabajo? Si es así, entonces sabes lo que se siente al ir de lo conocido hacia lo desconocido.

En algún momento, cada uno de nosotros enfrentaremos dar un paso de lo conocido hacia lo desconocido al seguir la voluntad de Dios. ¡La pregunta es si estaremos listos para avanzar! ¿Estás listo para avanzar del nivel de obediencia que has conocido a un nivel más desafiante? ¿De la comodidad de levantarte tarde los domingos a trabajar como voluntario en una congregación donde Dios quiere usarte? ¿De lo conocido de compartir tu fe raras veces a lo desconocido de levantar en alto tu bandera para Cristo, sin importar lo que «ellos» piensen? Cada uno de nosotros ha desarrollado mecanismos «conocidos» de comodidad y eficiencia para afrontar la vida. Pero, ¿qué pasaría si hoy —en este momento— Dios te dijera que te ciñeras la cintura, te pusieras las sandalias y te prepararas para comer y salir corriendo? ¿Podrías? ¿Querrías?

La valentía para tomar el paso siguiente no es generada por medio del esfuerzo propio. Viene de caminar por el poder de la sangre de Jesús en un nuevo pacto, en una nueva relación. Los israelitas no salieron de Egipto solos, Dios estaba con ellos; no salieron con las manos vacías, Él les proveería a lo largo de su viaje.