Come, corre y recuerdaMuestra

La voluntad de Dios requiere sacrificio

Dios realizó milagros poderosos a favor de su pueblo. Rompió la resistencia de Faraón con diez plagas cada vez más terribles para que liberara a los israelitas de la esclavitud y los dejara ir. Pero algo se requirió del pueblo de Dios también. Se les ordenó que sacrificaran un cordero de un año sin defecto; en otras palabras, lo mejor que tenían.

Seguir a Dios les costaría algo, y la comida que comieron (y que seguirían comiendo en memoria de esa noche) significaba eso. La cena de Pascua todavía simboliza sacrificio.

Los elementos de la cena de Pascua no han cambiado en miles de años. Nuestros amigos judíos comen una comida idéntica a la que consumieron la noche que el ángel de la muerte visitó Egipto. Cada elemento de esta comida les recuerda a los participantes la historia de la provisión de Dios para su pueblo. Se incluyen tres panes sin levadura, y uno de ellos es escondido para que lo busquen los niños. Una vez encontrado, el pan es partido y comido.

¿No es interesante que haya tres panes, uno para el Padre, otro para el Hijo y otro para el Espíritu Santo? ¿No es interesante que uno de ellos sea escondido y partido, así como Dios Hijo fue quebrantado y escondido en la tumba durante tres días? Ahora las palabras de Pablo tienen más significado: «Esto es mi cuerpo que es [partido] para ustedes».

Además del pan, la comida incluye varios elementos 

Una pantorrilla de cordero o un hueso de cordero indica que todo el cordero fue asado.

Las hierbas amargas (actualmente suele ser rábano picante) significan la amargura de la esclavitud en Egipto. Al probar las hierbas se recuerdan los años en cautiverio como pueblo de Dios.

El jaroset (manzana picada mezclada con nueces, vino dulce, miel y canela) simboliza el mortero para los ladrillos que los israelitas eran obligados a hacer en Egipto.

En contraste, el perejil les recuerda la dulzura de la promesa de Dios y la nueva vida que viene de Dios cada primavera.

Actualmente un huevo asado simboliza la quema de Jerusalén en 70 d. C. cuando el Templo fue destruido. 

Luego un tazón de agua con sal es para recordar las lágrimas saladas que derramaron los hebreos como esclavos a manos de sus capataces egipcios. 

Finalmente se derrama vino para representar la sangre del cordero de Pascua sacrificado; el cordero que libró sus vidas y los liberó.