Come, corre y recuerdaMuestra
Pásalo
Dios instruyó a los israelitas para que contaran la historia de la Pascua a sus hijos, porque las historias y las palabras tienen poder.
Mi primera experiencia como entrenador me convenció de esto. Antes de cada partido nos reuníamos con el otro equipo para arrodillarnos. Entonces les pedíamos a los chicos que se quitaran la gorra e invitábamos a uno de ellos a que hiciera la oración de apertura. El elegido solía decir: «¿Qué es lo que tengo que decir?». Una vez que los orientábamos era asombroso lo que uno podía escuchar en sus oraciones: «Señor, bendice estos alimentos para el sustento de nuestro cuerpo». (¿Les habíamos prometido un refrigerio antes del juego? ¿Qué niño usa la palabra «sustento»?). Pero lo que estaban haciendo era repetir las oraciones que habían escuchado en casa. ¡Estaban diciendo lo que habían oído a sus padres al orar! Es asombroso darse cuenta de la influencia de las palabras que se escuchan una y otra vez. Lo que nuestros hijos oyen que decimos es probable que se vuelva parte de su propio vocabulario; y lo que nos ven hacer es probable que se vuelva una segunda naturaleza para ellos. (Asusta, lo sé).
Cuando Dios instruyó a los israelitas: «Las enseñarás diligentemente a tus hijos», era porque entendía el poder de la repetición de las palabras, y porque sabía que llegaría un día en que una nueva generación necesitaría estar «lista para avanzar». Déjame preguntarte, ¿qué palabras repites? ¿Qué historia estás contando con tu vida? ¿Eres un quejica? ¿Cuál va a ser tu legado? ¿Tus hijos van a decir: «Oh, el abuelo, nunca estaba satisfecho, siempre estaba enfadado por algo»? ¿O van a decir: «Sí, recordamos al abuelo. Siempre estaba listo para avanzar cuando Dios decía: “Avanza”»?
Algunos de tus ancestros quizá hayan sido los primeros de su clan en seguir a Dios; o quizá tú seas el primer seguidor de Dios en tu linaje. Si es así, tú puedes ser el que ayude a una larga fila de otros a conocer al Dios viviente. ¡Qué bueno sería ser recordado como el hombre o la mujer que comenzó una reacción en cadena de fe para que otros pudieran conocer al Señor! Tu presteza para avanzar, tu disposición a moverte para Dios, podría ser un punto de inflexión para futuras generaciones. La tuya podría ser la historia que ellos contarán una y otra vez para inspirarse entre sí.
Acerca de este Plan
Con toda seguridad, Moisés consideró un gran avance pasar de una zarza ardiente a una caravana de dos millones de israelitas formados detrás de él para salir de Egipto. Moisés simplemente estaba siguiendo la voluntad de Dios un paso a la vez, atreviéndose a seguir a Dios desde lo conocido a lo desconocido. Se atrevió a dar el siguiente paso en obediencia, buscando conocer y seguir la voluntad de Dios.
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