Dos obstáculos a la voluntad de DiosSample
Dios, por favor, envía a otro, no a mí
Apuesto que amas a Dios y que quieres conocer su voluntad. Pero quizá no quieras ser el que la esté viviendo. Estas completamente a favor de compartir la fe; simplemente no te sientes cómodo compartiendo tu fe. Estás completamente a favor de ayudar a la gente; simplemente no quieres ser la persona que encabece la tarea. Así que, en nuestra carne, hacemos nuestra pequeña lista que dice: «Estoy dispuesto a hacer esto para ti Dios, pero eso no. Estoy dispuesto a ir allí, pero no allá». Tenemos una lista de países que podríamos visitar, ministerios a los cuales dar, proyectos que tomaríamos como responsabilidad y comités que dirigiríamos. ¡Siempre y cuando no se nos pida hacer alguna cosa que no esté en nuestra lista! Dios le pidió a Moisés que tomara el liderazgo, pero se había puesto cómodo y no estaba en búsqueda de una tarea difícil. ¿Y tú, eres un espectador o un participante en la voluntad de Dios?
Cada domingo por la mañana, a lo largo del territorio de los Estados Unidos, la gente canta, ora, escucha sermones y quizá incluso tome notas. Pero para el lunes, muchos han dejado la cancha y se han replegado de vuelta a las gradas, dejando lo difícil a los «profesionales» y a las «fuerzas especiales» de la fe. Toman su asiento, y no se levantan de él hasta el siguiente domingo. Han escuchado la dirección de parte de Dios, pero razonan: «Que alguien más capacitado vaya». Típicamente en las iglesias, 20% de las personas hacen 80% de los donativos y del voluntariado. Eso era lo que Moisés quería: «¡Envía a otro!».
Algunas veces podemos hacer lo que hizo Moisés y ponernos firmes, rehusándonos a que Dios nos use y nos supla con el poder que necesitamos. «Por favor, envía a alguien más», rogó Moisés finalmente. ¿Y sabes qué? Dios lo hizo. No en lugar de Moisés, sino junto con Moisés (Éxodo 4:14-17).
Incluso cuando demos pasos de fe habrá tropiezos. Moisés no hizo todo bien; y nosotros tampoco lo haremos. Pero en la presencia de Dios experimentó su fuerza... y en su voluntad experimentó su poder.
Sería un error para nosotros creer que si le decimos que no a Dios, Él abandonará su voluntad. No lo hará. La llevará a cabo con, o sin nosotros. ¡Pero qué mejor sería estar con Él para hacerla!
Scripture
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Hay dos obstáculos que nos pueden impedir que descubramos y hagamos la voluntad de Dios. Moisés se acercó a la zarza ardiente en medio de la nada y escuchó a Dios hablarle allí. Pero tan pronto Moisés escuchó lo que Dios le quería decir encontró dos obstáculos significativos. Esas mismas cosas pueden llegar a ser barreras para ti y para mí.
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