Avivando El FuegoSample

Avivando el Fuego

Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen. Hechos 2:1-4.

¡Jesús cumplió su promesa que enviaría al consolador (Espíritu Santo) para que nos guíe, nos abrace, nos acompañe y nos transforme! Solo por medio de Él haríamos grandes cosas que exaltarían el nombre de Dios. Y llegó la hora en Pentecostés, donde se conmemora cuando el pueblo de Israel recibe la ley. Era una fiesta agrícola que celebraba los primeros frutos de la cosecha. Interesante que Jesús esperó estas fiestas para manifestarse y cumplir lo que Él indicó. Ya que ahí era el inicio, el comienzo de la cosecha, los frutos iban a ser maduros con la llegada del Espíritu, así como Dios dio leyes, Jesús dio su Espíritu. Antes de eso, los discípulos fueron obedientes, ya que ellos se quedaron en Jerusalén como el Señor lo indicó. Era necesario que los discípulos fueran bautizados con el Espíritu para que iniciaran el ministerio y la comisión que Jesús les mandó de predicar su palabra, porque también era el tiempo de cosechar. Cosechar los frutos, es cuando una persona accede a la palabra y se convierte en uno, ya que es conocedor y está listo para ser cosechado. El mismo Jesús, antes de comenzar su ministerio, tuvo que ser bautizado por el Espíritu e inmediatamente de ser bautizado en agua desciende la paloma. Solo así pudo hacer muchos milagros. Cuando tú dispones tu vida a Cristo ya no eres un bebé que toma leche espiritual, ya eres maduro y debes continuar con esa conexión.

Luego que los discípulos fueron llenos del Espíritu, estaban listos para glorificar a Dios. Atravesaron muchas pruebas, pero Dios se encontraba con ellos en todo momento. Ese día hubo un soplo, un estruendo que llenó toda la casa, lenguas fueron repartidas y todos fueron llenos del Espíritu. Es evidente que hubo un avivamiento. Ese mismo mover quiere Dios usar contigo, que tengas un avivamiento. Si aún no tienes al espíritu, da el siguiente paso y si ya lo tienes, mantén el fuego encendido. Así todos podrán ver que tú estás “AVIVANDO EL FUEGO”.

Si quieres dar el siguiente paso y aceptar a Cristo para que haya un “AVIVAMIENTO”, haz la siguiente oración:

Señor, dispongo mi vida a ti, estoy dispuesto a dar el siguiente paso para que tu Espíritu descienda y se manifiesta en mi vida. Quiero sentir tu presencia y para eso ayúdame a dejar todo lo que me detiene, a tener una relación contigo; toda carnalidad, pecado y tentaciones que atan mi vida al mundo. Quiero tomar mi propia cruz y seguirte. Quiero ser llamado un hijo de Dios y no tener vergüenza de anunciarlo al mundo. Quiero que todos vean que estoy avivando el fuego, ayúdame a mantener esa llama, que esa chispa no se apague y que tu Espíritu Santo siempre me acompañe. En el nombre de Jesús, amén.

Ha sido un gusto compartir contigo las formas en la que puedas avivar el fuego del Espíritu. El reto ahora es mantenerlo y usar todos los beneficios que eso conlleva. Te deseo lo mejor, un billón de bendiciones. Si deseas un acercamiento y estudios de su palabra, te invito a unirte y a conocer nuestra congregación: https://www.instagram.com/iglesia_copc/

Ahí te podrás comunicar con nosotros.

Y tú, ¿Estás dispuesto a que todos vean que estás avivando el fuego?

Recuerda:” Dios te ama♥️y eres especial para él”

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