Afilando mi espadaSample

Apocalipsis capítulo 17 presenta una imagen que se describe como la gran ramera, sentada sobre una bestia, representando una ciudad corrupta y poderosa que seduce a los reyes de la tierra y lleva a las naciones a la inmoralidad. Esta imagen simbólica es utilizada para describir los sistemas y estructuras de poder que se oponen a Dios, mostrando su glamourtemporal pero a la vez su destrucción. Para los cristianos, este capítulo es una advertencia de las seducciones del poder y las riquezas del mundo, recordándonos que nuestra lealtad debe estar con Cristo, quien triunfa sobre estos sistemas.

Meditando en esta lectura, recuerda permanecer en Cristo, piensa en la fidelidad de Dios y la forma en la que debemos responder a Él.

La visión de la gran ramera en Apocalipsis 17 es una representación de la corrupción que habita en el corazón de los sistemas del mundo. Descrita como una mujer lujosa, pero inmoral, esta figura simboliza a Babilonia, un imperio que, aunque parece tener poder y riqueza, está destinado a la destrucción. Lo que impresiona aquí es la manera en que el poder político, económico y espiritual del mundo se entrelaza para llevar a las naciones a alejarse de Dios. En lugar de seguir al Cordero, muchos eligen seguir a este sistema corrupto.

Este pasaje es una advertencia para nosotros hoy. A menudo, el mundo ofrece promesas de éxito, riqueza y satisfacción, pero estas cosas no son permanentes. Para los creyentes, la lección de Apocalipsis 17 es que no podemos poner nuestra confianza en los sistemas del mundo. Aunque pueden parecer atractivos, su final es la destrucción. Nuestra lealtad y devoción deben estar con Cristo, el Cordero, quien es el único digno de nuestra adoración. En medio de las tentaciones del poder y el materialismo, estamos llamados a permanecer fieles a Dios, sabiendo que su reino es eterno, mientras que el reino de este mundo es temporal y frágil.