Fortalece tu fe

La fe es un regalo de Dios, pero requiere ser cultivada para mantenerse fuerte:

• La oración nos conecta con el corazón de Dios.
• El estudio de la Palabra nos recuerda sus promesas.
• El ayuno debilita nuestra carne.
• La comunión con otros creyentes nos anima y fortalece.

Estas prácticas no solo nos ayudan a superar la duda, sino que nos preparan para enfrentar cualquier circunstancia con confianza en Dios.

Nuestra mente se llena de dudas cuando se llena de mundo, esas dudas se van cuando se llena del Espíritu Santo.

Recuerda que la fe no es un estado permanente, sino algo que crece a medida que caminamos con el Señor. Al enfocarnos en estas disciplinas, comenzaremos a ver cómo la fe se afianza en nuestro espíritu, desplazando las dudas que intentan dominar nuestra mente.

Dedica tiempo hoy para practicar una de estas disciplinas: ora con sinceridad, medita en una promesa de Dios, abstente de algo que te distraiga de su presencia, o comparte con un hermano en la fe. Al hacerlo, estarás alimentando tu espíritu y fortaleciendo tu fe.