En nuestra debilidad, Su fortaleza

La sociedad nos enseña a ocultar nuestras debilidades y mostrar solo nuestra mejor cara. Pero Jesús, con la cruz, nos enseña lo contrario: en el quebrantamiento hay victoria. Pablo lo entendió cuando clamó a Dios por su "aguijón en la carne". Dios no lo quitó, pero le dio algo mejor: Su gracia y poder. Esto desafía nuestra lógica. En el reino de Dios, lo que ocultamos es lo que Él quiere usar.

Piénsalo así: la cruz era un símbolo de debilidad para el mundo, pero para nosotros es el poder de Dios en acción. Fue el lugar donde el quebrantamiento de Jesús se convirtió en nuestra redención. Así como el oro se refina en el fuego, nuestra debilidad se convierte en el escenario donde Su gloria brilla más fuerte. ¿Qué pasaría si dejaras de ocultar tus luchas y le permitieras a Dios glorificarse en ellas?

"Tu debilidad no te hace menos, te hace más disponible para que el poder de Dios brille".

Muchas veces tratamos de arreglar nuestras vidas con nuestras fuerzas. Pero la Biblia nos muestra que las mayores victorias no nacen de nuestra habilidad, sino de nuestra dependencia de Dios. Él no necesita que seas fuerte, solo que confíes.

Oración:

Señor, hoy reconozco que mi fuerza no es suficiente, pero Tú sí lo eres. Gracias porque en mis debilidades Tú te glorificas. Te entrego mis luchas y confío en que harás algo nuevo en mí. Usa mi vida como un testimonio de Tu poder. Amén.

Acción práctica:

Escribe en un papel algo que te esté debilitando o agobiando y colócalo en un lugar donde puedas verlo. Cada vez que lo veas, ora diciendo: “Tu gracia me basta, Señor”. Permite que esta verdad transforme tu perspectiva.