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Motivado por gracia
¿Qué nos podría motivar a abandonar el estilo de vida cómoda de ser Cristianos salvos, buenos y normales, y dedicarnos radicalmente a trabajar con Jesús para cambiar el mundo con Él?
Normalmente servimos a Dios por los motivos equivocados — por sentir una obligación, para satisfacer nuestro orgullo, o para manipular a Dios —, y así arruinamos el servicio que damos a Él. En su Palabra, Dios nos enseña que nuestro motivo y la razón que le obedecemos es sumamente importante. Además, cuando trabajamos con Jesús en su Reino por malos motivos, terminamos muy miserables.
Hay otro motivo para servir a Dios que Él describe en su Palabra, y es la única motivación que le agrada. Sólo cuando servimos a Dios por esta razón, no arruinamos nuestro servicio con malos motivos.
Idea grande: La gracia de Dios nos motiva a vivir radicalmente
¿Qué es la gracia? La gracia de Dios es su Favor no merecido. Es decir, gracia es recibir algo de Dios que no hemos ganado. Cuando Dios decide salvar a un rebelde — y nadie merece esto — es por su gracia. Cuando Dios bendice a una persona desobediente — y todos desobedecemos — es por su gracia. Cuando Dios permite que alguien que se ha rebelado contra Él siga respirando aire en su mundo — y todos nos hemos rebelado contra Él — es por su gracia. Dios nos crea, escoge, salva, transforma y guarda por su gracia. La gracia de Dios es su favor para nosotros: favor que no merecemos, favor que no podemos ganar, favor que nunca podríamos pagar.
La gracia de Dios es la única buena motivación para vivir una vida radical. Jesús no pide una vida radical de sus seguidores que es basada en legalismo y obligación; su gracia y favor hacia nosotros debe ser la razón por la que le servimos radicalmente. Cuando nos damos cuenta de cuánto Dios nos ha dado, su gracia empieza a motivarnos. Somos motivados a entregarnos completamente a Él, no para pagarle, sino en agradecimiento por lo que hemos recibido. La diferencia parece ser pequeña, ¡pero cambia todo! Ver — y de verdad sentir — la grandeza de la gracia de Dios, destruye nuestros malos motivos de deuda, obligación e intentar manipular a Dios.
Jesús nos llama a vivir una vida radical porque hemos recibido gracia radical de nuestro Padre, Dios. La única respuesta apropiada de nuestro corazón a un Padre que es tan generoso y tan bueno con sus hijos, es una vida totalmente entregada a Él y a sus propósitos.
About this Plan
La llamada que Jesús hace a sus seguidores es una llamada radical: es radical porque requiere un cambio de vida muy drástico; es radical porque significa perder la vida; es radical porque significa vivir una vida totalmente diferente de lo que normalmente viviríamos. En este plan, veremos la llamada radical que hace Jesús, y aprenderemos cómo entregarnos más a Él.
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