Motivado por su gloria 

¿Por qué tan radical? ¿Por qué es tan importante que los hijos de Dios vivan vidas radicales enfocadas en guiar a otros hacia Él? ¿Por qué enfatizó Jesús tanto en esta condición para seguirle? ¿Será que necesita ayuda para salvar a las personas y traer su Reino a la tierra? No puede ser por esta razón, porque Dios es totalmente soberano; Él controla todo; no necesita nuestra ayuda para cumplir sus propósitos.

Para entender por qué Dios exige que sus hijos e hijas vivan vidas radicalmente entregadas a Él y a su propósito de salvar otras personas, tenemos que ver la gran meta de Dios. Porque la respuesta a la pregunta: “¿por qué dice Jesús que seguirle significa perder la vida y ser radical?”, es también la respuesta a la pregunta ¿por qué Dios hace todo lo que hace?. 

La respuesta es: La meta más grande de Dios es recibir gloria (ser visto, apreciado, adorado y amado); esta es la razón por la cual Dios hace todo. Dios anhela recibir gloria de su creación.

Todo lo que Dios hace es para recibir gloria: desde la creación del mundo y el universo, a la creación de los seres humanos en su imagen, a la elección de su pueblo israel, a la liberación de su pueblo de la esclavitud en Egipto, a la cruz de Cristo y su resurrección de la muerte. Todo lo ha hecho para que sea glorificado por y en su creación y sus obras.

Idea grande: Dios recibe mucha gloria cuando sus hijos viven vidas radicalmente entregadas a sus propósitos.

La razón que Dios pide que sus hijos vivan vidas radicalmente entregadas a Él y a su misión en este mundo de salvar a otros, es porque al vivir así, Dios recibe mucha gloria. Este fue el propósito de Jesús vivió durante toda su vida y en su muerte, y su vida radical dio mucha gloria a Dios. Además, Él dijo que los que de verdad serían sus seguidores, darían muchos frutos y esto traería mucha gloria a su Padre. Así que cuando nosotros trabajamos con Jesús y nos sacrificamos como Él, el fruto de nuestro trabajo será que otras personas vean a Dios por lo grande, bueno y poderoso que es. En otras palabras, por valorar más a su Reino y estar dispuestos a sacrificarnos a nosotros mismos y a sufrir por este Reino, nuestra vida radical dará mucha gloria a Dios. 

Cuando los hijos e hijas de Dios viven vidas radicalmente entregadas a su propósito de salvar a la humanidad y redimir su creación, otros ven que Dios es sumamente grande, poderoso y bueno — Él recibe mucha gloria —.