Una vida de intimidad con DiosSample
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Requisitos para la bendición
“Bendeciré a mi pueblo y a sus hogares... les enviaré... lluvias de bendición”, Ezequiel 34:26 (NTV).
Dios vendrá y nos bendecirá. Pero para que eso ocurra se necesita:
1. Humillación y quebrantamiento. “...Humíllense ante el gran poder de Dios y, a su debido tiempo, él los levantará con honor”, 1ª Pedro 5:6 (NTV). La humillación es el único estado del corazón capaz de atraer un avivamiento.
2. Hambre por Dios. “Dios mío, tú eres mi Dios, desesperado te busco. Mi alma tiene sed de ti, todo mi ser suspira por ti...”, Salmo 63:1 (PDT). A veces las malas rachas son estratégicamente planeadas por Dios para que se despierte en nosotros un anhelo insaciable por Su Presencia. Una desgracia, una crisis o una mala temporada podrían ser el instrumento que Dios utilice para producir hambre espiritual. ¡Nuestra salvación podría estar en perder todo aquello que estamos disfrutando!
¿Estás viviendo un tiempo difícil? No reniegues de él. ¡Podría ser el anticipo del mejor momento de tu vida! En el 2015 Dios pasó por nuestro barrio y tocó a la puerta de nuestra casa. Nos invitó a hacer las maletas y nos inscribió en la escuela de la oración y el quebrantamiento.
El Espíritu Santo desató en nosotros una pasión especial por la presencia de Dios. Iniciamos un proceso de transformación cimentados en la humillación y la confesión de pecados. La carpa del encuentro se volvió nuestro lugar favorito.
Algo extraño sucedió. Mientras nuestro espíritu se fortalecía, la salud física se debilitaba. Silvia comenzó con punzadas en el pecho que derivó en sucesivas pericarditis y yo con una sacroileítis sin causa aparente. Fuimos ‘obligados’ a permanecer en quietud. La agenda ministerial fue interrumpida y los viajes se suspendieron completamente. Los tiempos con el Señor empezaron a prolongarse por horas; a la vez que reflexionábamos en cómo atraer su presencia, inspirados en el proceso que vivió David cuando condujo el arca a Jerusalén.
¡Dios nos quebrantó para bendición! Ha sido la mejor temporada de nuestra vida. Nuestra relación con Dios se ha fortalecido y nuestro amor por Él crece cada día. ¡Lo que nos ha pasado ha sido usado por Dios para despabilarnos de la modorra espiritual! No te resistas si Dios hace algo parecido en ti. Tocar fondo podría ser tu mayor bendición. Perder la seguridad en las cosas terrenales y pasajeras puede conducirte a gloriosos encuentros con tu amado Señor. ¡Y Él se convertirá en tu mayor tesoro!
Scripture
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Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).
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