Tiempos De CrisisSample
En tiempos de crisis, Pablo se siente alentado por la oración personal, pero también por las oraciones de sus amigos de Corinto (2 Cor. 1:1). Este es el testimonio de muchos cristianos. La oración nos conecta con Jesús y con Dios Padre.
Para Pablo, la oración es como compartir su vida con un buen amigo. Con alguien, es decir, Jesús, que puede simpatizar completamente con nosotros (Hebr. 4:15-16), y que, sin embargo, es más fuerte que cualquier fuerza en esta vida. Alguien que conoce el miedo por su propia experiencia. Alguien que sabe lo que es estar sin hogar y sin comida. Alguien que sabe lo que es ser rechazado. Pero también alguien que ha probado la abundancia. Jesús era totalmente humano, como nosotros. Por eso Jesús puede apoyarnos y ayudarnos en medio de nuestra tristeza, crisis o vida de abundancia (Hebr. 2:18).
Podemos acercarnos a Jesús como un buen amigo. Como alguien que quiere estar cerca y desea que lo invoquemos si estamos en necesidad. Él ha prometido que nos mostrará su compasión y misericordia y que quiere estar ahí en nuestras dificultades, sin exigir nada a cambio (Hebr. 4:16).
A través de Jesús, Dios también nos da acceso a su sabiduría, perspicacia, fuerza y poder. Como cristiano, estoy muy agradecido por todo esto, y quiero ponerlo en práctica. Por eso me tomo un tiempo cada mañana para orar y compartir mi vida con Dios. A menudo, en estos momentos de silencio, recibo pensamientos de Dios que me animan y me ayudan.
Por ejemplo, recuerdo que me preocupaba la situación financiera del movimiento de emprendedores que yo dirigía. Me preocupaba, aunque sabía que podía confiar en Dios para ello. Muchas personas me lo habían dicho, y yo sabía que si estaba haciendo la voluntad de Dios, Él también proporcionaría los medios necesarios.
Pero saber esto en tu cabeza y sentirlo o experimentarlo en tu interior son dos cosas completamente diferentes. Uno de mis amigos me dijo una vez: "La mayor distancia que una persona necesita atravesar es la que existe entre su corazón y su cabeza".
Mi lucha fue acortar esta distancia. Por la noche, a eso de las 2 de la madrugada, me desperté. Ya no podía dormir. Tenía que levantarme. Tuve que orar y pedirle a Dios confianza. Quería experimentar la paz para poder confiar en Él.
Aquella noche, Dios me habló y me dijo: "No aprenderás a confiar en mí si te doy la certeza y la sensación de que todo está bien. La confianza se revela en la incertidumbre, en hacer el trabajo al que te llamé y seguir haciéndolo sin saber dónde acabará. Mañana, ve y haz lo que tienes que hacer, ponte a trabajar y confía en Mí".
Esto era exactamente lo que necesitaba. La crisis financiera aún no había sido superada, pero recibí paz y energía para hacer las cosas correctas, en lugar de distraerme con las ansiedades de la situación financiera.
Pregunta del día
¿Con quién te encuentras cuando oras?
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Como empresarios, a menudo estamos sometidos a mucha presión como por ejemplo pensando en modelos de ingresos cambiantes, nuevas tecnologías, etc. ¿Cómo afrontamos los empresarios estas circunstancias y cuál es el valor añadido de la fe cristiana en tiempos de presión y crisis?
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