Pulverizando los miedosSample
Miedo a que pase algo malo.
Hace tiempo vi una publicación muy buena en twitter, era una imagen del Hombre Araña con el texto: “Dice mi psicólogo que cuando siento que algo malo va a pasar, no es mi sentido arácnido, es ansiedad". A veces así somos, o si no, al menos conocemos a personas que son así: viven con la zozobra de que algo va a salir mal, que una tragedia les puede pasar, piensan que pueden perder el trabajo, contraer una enfermedad o incluso que ya la tienen; si emprenden algo, constantemente temen que eso termine frustrado; otros tienen temor por la inseguridad que impera en algunas de nuestras ciudades o países, y piensan que en cualquier momento serán parte de esas estadísticas. Creo que la mayoría recordamos la psicosis generalizada que se suscitó ante la llegada del covid-19, las compras de pánico que se generaron, etc.
La realidad, y lo que nos enseñó la pandemia es que somos muy frágiles, y por otra parte, muchas veces estamos expuestos a peligros de diversa naturaleza, la pregunta es: ¿Cómo mantenernos tranquilos ante ello?. La respuesta: Depende de en quién o en qué esté nuestra confianza. Esto me hace recordar al rey David, y más precisamente uno de los Salmos en el que escribió: El Señor es mi luz y mi salvación, entonces ¿por qué habría de temer? El Señor es mi fortaleza y me protege del peligro, entonces ¿por qué habría de temblar?. (Salmos 27:1 NTV). Wow, que maravillosa declaración de confianza. Y esto no lo escribió un teólogo de escritorio, sino un hombre que tuvo que defender sus ovejas de animales salvajes, que se enfrentó a gigantes, alguien que fue perseguido por el ejército de su propio país (comandado por su suegro que lo quería matar por celos), que fue llevado detenido ante el rey de una nación enemiga, entre otras dificultades en las que su vida estuvo en un real peligro. Entonces, ¿David era un loco que menospreciaba su propia integridad física y por eso no tenía miedo? Definitivamente no. Sino que su seguridad provenía de la confianza en la protección de Dios, de ahí que las preguntas retóricas que formula en dicho Salmo nos llevan a responder que, sabiendo que El Señor está a cargo, entonces no hay razón para atemorizarse ni temblar, tomando en cuenta el poder y la grandeza de Dios, quien por cierto, sigue siendo el mismo, no tenemos por qué vivir dominados por el miedo.
En su libro Mi Salvador y vecino, Max Lucado dice que Jesús está “tan cerca que podemos tocarlo y es tan fuerte que podemos confiar en Él”. Ese es nuestro Dios. Su poder es infinito y Su amor por nosotros también. Él puede protegernos y darnos seguridad ante cualquier peligro, y aunque no siempre nos libre, Él nunca deja de tener el control; además, pase lo que pase, nos asegura vida eterna. Así que nuestra confianza no debe estar en los pronósticos sobre economía, ni en lo que diga algún vocero del gobierno, ni en las personas importantes que conozcamos, ni en qué tanto podamos blindar nuestra casa con medidas para prevenir delitos. Nuestra seguridad debe estar basada en la protección de Dios para Sus hijos. Esto implica dejar todo a cargo de Dios, claro que sin ser negligentes ni irresponsables, pero creyendo firmemente en Sus promesas y descansando en ello, para lo cual necesitamos llenar nuestra mente con esas promesas que podemos encontrar a lo largo de toda la Biblia, así que lógicamente un paso práctico que podemos dar es incorporar diariamente a nuestros hábitos un tiempo de lectura y reflexión de la Palabra de Dios, y confiar en ella con todo nuestro corazón pero también con nuestra mente, creyendo que para Él no hay nada imposible.
Esa práctica la podemos empezar hoy mismo, aunque no soy de los que me guste dejar tarea, por esta vez lo haré: Toma una Biblia o tu app de ella y lee Salmos 27 y 91, luego responde estas preguntas:
1) ¿Habrá alguna situación que pueda sobrepasar a Dios?
2) ¿Existirá algo tan grande o peligroso de lo que Dios no pueda protegerme?
De ello dependerá nuestra confianza, y recuerda: Si nuestra confianza está en Él, no hay razón para temer.
¡Hasta mañana!
About this Plan
Todos hemos tenido miedo alguna vez. Esto puede ser normal, pero lo que no debemos aceptar como normal es que el miedo nos domine, nos detenga, o nos impida alcanzar los planes que Dios tiene para nosotros. En este plan de 7 días escribí sobre algunos miedos en particular y cómo poder vencerlos, con la ayuda de Dios, aplicando Sus principios y apropiándonos de promesas que Él ha dado.
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