La Palabra de Dios: ¡Vívela!Sample
Decisiones por obediencia
Recuerdo que recibí mi primera Biblia como regalo de la Escuela dominical de mi iglesia. Era muy jovencita, sin embargo, tuve maravillosas experiencias con la Palabra de Dios. Ella ha sido mi guía, y a través de ella pude discernir lo correcto de lo incorrecto. Con el correr de sus páginas aprendí a conocer la voluntad de Dios para mi vida y también para la humanidad. Aprendí a descubrir el corazón del Padre, a amar a Jesús y al Espíritu Santo. En la Biblia encontré las normas de vida que me formaron ética y moralmente.
El Salmo 119:105 dice: «Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino». Cuando leí este texto, marcó mi vida porque comprendí que Su Palabra sería quien me daría luz en los momentos de la más oscura decisión. Su Palabra alumbraría mi andar. Iluminar el camino por dónde debía caminar sin tropezar, solo necesitaba tomar las decisiones correctas.
Durante ese tiempo recibí el llamado de parte de Dios para servirle, estaba llena de sueños: formar una familia, estudiar y trabajar. Pero, durante un tiempo de devocional, a través de la Palabra, el Señor me dijo que debía postergar mis planes e ir por los Suyos. Decidí obedecer. Dejé mi familia, mi ciudad y viajé a la capital para estudiar en el Seminario Bíblico de Buenos Aires. Allí conocí a Osvaldo, quien hoy es mi esposo, y luego de un tiempo de amistad, decidimos construir nuestra historia juntos. En aquel tiempo, una vez más, la Palabra fue sumamente necesaria para saber qué decidir, para conocer la voluntad de Dios y obedecerla. Con el tiempo, y al finalizar nuestros estudios, juntos comenzamos a edificar la Iglesia Catedral de la fe, de la cual hoy somos pastores. Y poco a poco, mi obediencia dio fruto, porque aquellos sueños postergados se fueron cumpliendo y aún más grandes de lo que mis sueños anhelaban.
Hoy, luego de tantos años de conocer a Dios, puedo asegurarte que la Biblia ha sido la base sobre la cual construí todo lo que hoy disfruto: la familia, el ministerio y mi profesión.
Aún conservo mi antigua Biblia de papel. Allí permanece escrita y remarcada cada palabra que Dios me ha regalado y las promesas que conservo en mi corazón. Cada tanto la busco, la leo y recuerdo la fidelidad de Dios a lo largo de mi vida, y los frutos de mi obediencia ante las decisiones.
La Biblia es el fundamento de la fe. No importa si recién conoces a Jesús o si ya han pasado muchos años, siempre hay nuevas profundidades por descubrir en ella y siempre hay tiempo para obedecerla.
Por Alejandra Carnival - Conferencista, autora, fundadora y pastora de la Iglesia Catedral de la Fe, en Buenos Aires, Argentina.
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