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La paz y la promesa de la Navidad.Sample

La paz y la promesa de la Navidad.

DAY 6 OF 10

Nuestro poderoso destino

Al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella. —Hechos 2:24

En Romeo y Julieta, de William Shakespeare, dos jóvenes desafortunados de familias rivales sienten una atracción irresistible entre ellos. Sin embargo, todo conspira en su contra, primero para inspirar su amor y su consumación en secreto, y luego para forzarlos a decidir quitarse la vida antes que soportar el odio entre sus familias. 

En la escena final, el príncipe Escala lamenta la pérdida de estos dos jóvenes y la disputa que los empujó a un final desgraciado. «¡Qué maldición ha caído en el odio que sembrasteis!», les dice a las dos familias. Un destino trágico.

¿Qué es el destino? Es la sensación de que algo —un resultado o evento— es inevitable porque de alguna manera ha sido predeterminado.

Nadie ha caminado sobre esta tierra con un destino más definido que Jesús. El día de la fiesta judía de Pentecostés, tan solo pocas semanas después de la resurrección de Jesús y apenas días después de que Él regresara a su Padre celestial, Pedro pronunció estas palabras sobre Él: «A éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole» (Hechos 2:23).

Este destino claramente definido —«el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios»— fue lo que hizo posible que nuestro destino se transformara en una vida que ahora vale la pena vivir y en una eternidad en su presencia. ¡Un destino gozoso definido por el amor!

¿Quién soy yo, Padre, para que me tomes en cuenta? Sin embargo, ¡lo haces! Gracias por los planes que tienes para mi vida, y por definirme con tu amor.

Cuando consideras que Dios te incluyó en su plan eterno, ¿cómo quieres responderle? ¿Cómo te ayuda a enfocar mejor tu vida saber esto? 

Scripture

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