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HUESUDO

Huesos: eso es lo que nos distingue de las medusas. Bueno… huesos, inteligencia, alma y unas cuantas cosas más. El punto es que los huesos son sumamente importantes. El cuerpo adulto tiene 206 huesos, y más de la mitad de ellos están en tus manos y pies. El fémur es el más largo, mientras que el estribo (que está en el oído medio) es el más pequeño.

Los huesos hacen muchas cosas por tu cuerpo; por ejemplo, te mantienen erguido, forman tu esqueleto y le dan forma a tu cuerpo. Los = huesos dan estructura a tus músculos para que te puedas mover, y protegen las partes blandas de tu cuerpo, como tus órganos. También los huesos sirven como depósito de minerales que tu cuerpo necesita, como por ejemplo el calcio; y la médula ósea (que está dentro de tus huesos), es una fábrica para tus células sanguíneas. Entonces, como ves, los huesos de tu esqueleto son bastante importantes, pero no son los únicos huesos que tienes.

También necesitas tener «huesos de fe» saludables. ¿Cómo los mantienes saludables? Orando a Dios, alabándolo, estudiando su Palabra, y estando con su pueblo. Los huesos de la fe son de los huesos más importantes para darle forma a tu vida. Te ayudan a moverte en la dirección correcta conforme sigues la voluntad de Dios; protegen el tierno interior de tu alma y corazón; y mantienen el poder de Dios en tu espíritu, para que hagas uso de él cuando lo necesites. Si mantienes tus huesos de la fe saludables, ellos te ayudarán a mantenerte firme cuando las tentaciones y los tiempos difíciles vengan. ¡Sin duda tus «huesos de la fe» son sumamente importantes!

¡SORPRÉNDETE!

Para tu sorpresa, tú naciste con 300 huesos en tu cuerpo, pero ahora solo tienes 206 ¿Qué sucedió? ¿Se te perdieron algunos? No, lo que sucede es que algunos de ellos con el paso del tiempo se convirtieron en uno. Por ejemplo, cuando los bebés nacen, los huesos en su cráneo están separados; se conectan solo a través de membranas, lo que crea la parte «blandita» de la cabeza del bebé. Conforme pasa el tiempo, los huesos crecen, se unen y se vuelven sólidos.

ORACIÓN

Señor, muéstrame cómo mantener mis «huesos de la fe» fuertes, para que siempre pueda permanecer firme en ti.