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Hijos de la promesa

La historia de Sara y su esposo va más allá de ser el relato de las promesas de Dios cumplidas en sus vidas, pues además nos muestra, de forma figurativa, cómo es que Dios cumpliría sus promesas en los hijos de Abraham, poseedores de esa condición por medio de la fe.

No somos hijos de Abraham por tener linaje hebreo, sino por haber creído en Jesucristo, eso nos otorga todos los beneficios y las promesas hechas a la descendencia del padre de la fe.

La primera y más necesaria promesa hecha a Abraham y cumplida en nuestra vida, es la salvación que recibimos al creer en Jesús. Esa promesa  nos lleva a recibir la condición de nuevas criaturas y a tener la certeza de que nuestra existencia no termina en esta vida, sino más bien comienza y se extiende a la eternidad.

Sara es la madre de ese nuevo pacto y nosotros somos los hijos herederos de esa promesa. Como cumplimiento de esa promesa somos libres en Cristo. Con razón Pablo dice que los sufrimientos de esta vida no se comparan con el gozo que está por venir, en palabras más sencillas: hasta lo que más disfrutas hoy es sufrimiento comparado con el gozo de la eternidad que nos espera.

• ¿Qué entiendes por la expresión "ser libre en Cristo"?
• ¿Cómo disfrutas de esa libertad hoy?
• Somos hijos y herederos de sus promesas, ¿qué cambios en tu vida ha producido esta nueva condición?