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Una decisión ansiosa

Sara es un gran ejemplo de alguien que comienza algo nuevo muy tarde en la vida, y sin embargo tiene gran éxito. A los noventa años de edad, ella fue una madre tardía. Por medio de Isaac fue la madre de todos los hijos de la fe y la promesa.

Dios todavía es fiel en guardar sus promesas. Cuando permanecemos cerca de Él, nada puede impedirle realizar en nuestra vida lo que Él quiere para nosotros. Años antes de los acontecimientos de Génesis 17, Dios le había prometido un heredero a Abraham. Él sería el heredero por el cual Dios establecería una nación escogida. Una nación que bendeciría al mundo entero. 

Pero Dios no les dio una fecha fija a Abraham y Sara. Después de vivir en Canaán diez años, ambos estaban donde tú y yo hemos estado alguna vez, en la antesala de “hacerle un favor a la promesa de Dios”. Claro, es tal la impaciencia, ha pasado tanto tiempo y la promesa no ocurre, que nos preguntamos “¿estoy haciendo algo mal?”, y entonces, como a Sara, se nos ocurre una idea ridícula, pensamos que podemos ayudar a Dios a ser fiel a sus promesas.

Tomar decisiones fuera de la promesa de Dios siempre trae consecuencias. La ansiedad nos suele llevar a equivocar el camino. La buena noticia es que Dios puede con nuestra ansiedad así como puede enderezar nuestros caminos. Después de todo lo ocurrido el nacimiento de Isaac tendría que ser milagroso, algo que sobrepasaría toda posibilidad humana. Sara era estéril y tenía noventa años de edad. Había sido estéril toda su vida y ya había pasado la edad de tener hijos. Lo increíble es que que Sara tuvo una idea ridícula que le trajo consecuencias dolorosas. Aun así, Dios no cambio ni su plan, ni su propósito para ella.

Dios le prometió a Sara que sería la madre de naciones. Habría reyes entre sus descendientes. Isaac era sólo el comienzo del cumplimiento de la promesa de Dios a Sara. Dios también prometió hacer un pacto eterno con Isaac y con sus descendientes. Lo que Dios comenzó milagrosamente con el nacimiento de Isaac continuaría para siempre. El cambio de nombres de Abram a Abraham y de Sarai a Sara, es un “cheque al portador”, una muestra de que Dios hace nuevas todas las cosas.

• ¿Cómo pueden las aparentes demoras de la promesa de Dios a Abraham y a Sara aplicarse a tus experiencias?
• Lee 1 Pedro 5: 7, ¿cómo aplicas este pasaje en atención a aquello que te produce ansiedad?
• Si dejaste tus cargas, ¿por qué tiendes a volver a tomarlas?
• Lee Proverbios 3: 5 — 6, ¿qué caminos en tu vida necesitas que Dios enderece?
• ¿Alguna vez cometiste el error de querer “darle una mano a Dios” y te adelantaste a sus promesas con una idea ridícula?