La Biblia con Nicky y Pippa Gumbel 2018Sample
Tienes un Salvador
El mundo busca un salvador. La cantante canadiense Lights expresa esta necesidad en la letra de su canción, titulada «Salvador»:
La noche es ensordecedora,
Cuando el silencio escucha,
Y ahora estoy sobre mis rodillas,
Y sé que falta algo...
Tarde o temprano necesitaré un salvador,
Necesitaré un salvador...
Lecrae (Moore) es un rapero, emprendedor, productor discográfico y actor. Representa el pensamiento de muchos de nosotros al decir: «No soy cristiano porque sea fuerte y tenga todo solucionado. Soy cristiano porque soy débil y admito mi necesidad de tener un salvador».
La maravillosa verdad del cristianismo es que en Jesús tienes un salvador. ¿Cómo deberías responder a esta buena noticia tan extraordinaria?
Salmos 35:1-10
1. Clama a Dios, tu Salvador
En todo momento puedes clamar a Dios pidiendo su ayuda.
La vida es una batalla. Si enarbolamos la bandera de Dios habrá quienes gente que irá contra nosotros. David pide que Dios pelee con aquellos que guerrean contra él (v.1a).
Pide en oración: «…combate a los que me combaten […] acude en mi ayuda. […] Quiero oírte decir: “Yo soy tu salvación”» (vv.1b-3). O en palabras de la versión bíblica en inglés The Message: «Reafírmame, que pueda oírte decir: “Te salvaré”» (v.3).
Cuando estás bajo ataque es fácil sentir que debe ser tu culpa. Pero David repite dos veces que el deseo de sus enemigos de atraparlo es «sin motivo» (v.7). En ocasiones puede que enfrentes oposición no porque hayas hecho algo malo sino porque estás haciendo algo bien. David ora a Dios pidiendo que lo rescate: «Así mi alma se alegrará en él y se deleitará en su salvación» (v.9).
Puede que tus enemigos sean más fuertes que tú. David enfrentó a provocadores, matones y rufianes que intentaban matarlo por la espalda (ver vv.1,4, MSG). Pero Dios es el Salvador que rescata y libra a los pobres «de los poderosos» (v.10).
El gran rescate de Dios es la salvación que encontramos en Jesús. Me encanta la canción escrita por Ben Fielding y Reuben Morgan que celebra esta salvación. Utilicemos estas palabras como oración y alabanza:
Cristo, puede mover montes,
Solo Dios puede salvar
Mi Dios puede salvar
Por siempre, autor de salvación
Jesús la muerte venció
Él la muerte venció
Lucas 2:21-40
2. Mira a Jesús, tu Salvador
Jesús es el Salvador del mundo. El ángel había anunciado el nacimiento de un «Salvador» (2:11). En este pasaje vemos cómo en el octavo día lo llamaron «Jesús», que significa «el Señor salva».
Sus padres lo llevaron a Jerusalén «para presentarlo al Señor» y cumplir «con lo que en la ley del Señor está escrito» (vv.22-24). Jesús es el cumplimiento máximo de todas las ofrendas y los sacrificios sobre los que leemos en el Antiguo Testamento.
- Mira a Jesús para recibir paz
Simeón toma a Jesús en sus brazos y dice al Señor: «…han visto mis ojos tu salvación» (v.30). Ver a Jesús es ver salvación, ver a Jesús le da «paz» a Simeón (v.29b).
- Mira a Jesús para ver cómo es Dios
Jesús es la luz que revela a Dios. Él es «luz que ilumina a las naciones» (v.32a). Es imposible conocer a Dios a menos que Él se nos revele. Pero Dios ha hecho justamente eso en Jesús. Nos muestra cómo es Él. Dijo: «El que me ha visto a mí, ha visto al Padre» (Juan 14:9). Jesús revela completamente a Dios para todos.
- Mira a Jesús para obtener gracia y verdad
Jesús es la luz que trae gloria: «…gloria de tu pueblo Israel» (Lucas 2:32b). La palabra «gloria» habla de la excelencia, la belleza, la grandeza y la perfección de Dios. Dios es glorioso. Israel tenía gloria porque Dios habitaba entre ellos, primero en el tabernáculo en el desierto (como está escrito en el pasaje de hoy del Antiguo Testamento) y luego en el templo en Jerusalén.
Con Jesús Israel llegó a ver la gloria de Dios en su sentido más cabal y pleno. Como escribe Juan sobre Jesús: «Y hemos contemplado su gloria, la gloria que corresponde al Hijo unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad» (Juan 1:14b). Jesús ofrece gloria a Israel y a nosotros porque Él es Dios que vino a habitar entre nosotros.
Trágicamente, muchas personas rechazan la revelación y la gloria de Dios que vemos en Jesús. Simeón profetizó sobre esto: «Este niño está destinado a causar la caída y el levantamiento de muchos en Israel, y a crear mucha oposición, a fin de que se manifiesten las intenciones de muchos corazones. En cuanto a ti, una espada te atravesará el alma» (Lucas 2:34-35).
Estar asociados tan estrechamente con Jesús ofrece gran bendición pero también sufrimiento. Tal vez tengas un pariente, un amigo cercano o alguien por quien realmente te preocupes que sea adversario de Jesús o a quien simplemente no le interese. Cuando vemos gente que rechaza a Jesús contemplamos un pequeño vistazo de lo que María habrá experimentado: «…una espada te atravesará el alma» (v.35).
El gran sufrimiento de María aguardaba en el futuro. Entretanto, ella tenía la alegría de ver a Jesús crecer y volverse más «fuerte». «El niño crecía y se fortalecía; progresaba en sabiduría, y la gracia de Dios lo acompañaba» (v.40). «Sabiduría» y «gracia» son características del Salvador que deberíamos procurar imitar en nuestra propia vida.
Señor, dame ojos como Simeón para ver tu salvación en el mundo actual. Dame hoy la gracia y la sabiduría en todas mis decisiones, reuniones y conversaciones.
Números 7:1-65
3. Alaba al Salvador del mundo
Muchos padres primerizos tienen una conciencia profunda de que Dios les ha dado su bebé, pero esta conciencia tuvo que ser aún mayor para María y José durante ese día en el templo, al presentar el bebé milagroso que Dios les había dado.
El nacimiento de Jesús el Salvador fue el acontecimiento más trascendental en la historia. Simeón toma a Jesús en sus brazos y dice: «Porque han visto mis ojos tu salvación, que has preparado a la vista de todos los pueblos» (Lucas 2:30-31). Quizá no sea sorprendente que las profecías y los preparativos para la venida de Jesús fueran tan extraordinariamente detallados y elaborados.
En esta sección del libro de Números descubrimos cómo se inauguró el servicio en el tabernáculo (Números 7:1–10:10). Leemos que cada una de las tribus hizo una ofrenda voluntaria. Cada una dio una parte equitativa. Le daban a Dios (por medio de su siervo Moisés). Todo el pueblo de Dios participó en la inauguración del tabernáculo.
A primera vista, pudiera parecer que este pasaje solo presenta tecnicismos innecesarios para el lector moderno. Pero el ofrecimiento a Dios de dones singulares en el tabernáculo (Números 7) tiene un bello reflejo en la presentación de Jesús en el templo (Lucas 2:22). Este pasaje del Antiguo Testamento no es meramente un dato de contabilidad antigua.
La ocasión para estas ofrendas singulares era la finalización y la dedicación del tabernáculo. El tabernáculo era el lugar simbólico de la presencia de Dios con su pueblo. El pueblo ofrenda como respuesta a la gracia y la presencia de Dios entre ellos. Sus ofrendas son una expresión de alabanza y acción de gracias al salvador.
Al mismo tiempo, también, estas ofrendas eran parte de los preparativos para la dedicación final del tabernáculo. Hacían que fueran aptos para ingresar a la presencia de Dios. Los preparativos elaborados, la singularidad de las ofrendas y el detalle con el que el escritor los registra; todo apunta a la maravillosa bendición que era para los israelitas tener la presencia de Dios en medio de ellos.
Todas las ofrendas y los sacrificios de la ley de Moisés no eran otra cosa que la preparación y el anticipo del nacimiento y la muerte del Salvador. El tabernáculo apuntaba hacia algo aun mayor. Dios ya no habita en una tienda: ha venido a vivir entre nosotros y como uno de nosotros. Jesús es consagrado conforme a la ley y proseguiría hasta cumplir el fin último de la ley, es decir su propósito (vv.22-24a): «Después de haber cumplido con todo lo que exigía la ley del Señor…» (v.39a).
Varios años después, Jesús el Salvador aboliría la necesidad de todas estas ofrendas y estos sacrificios del Antiguo Testamento por medio del sacrifico de su cuerpo «una vez y para siempre» (ver Hebreos 10:1-10).
No es de sorprendernos que cuando Simeón comprendió que el bebé en sus brazos era el Salvador del mundo, «bendijo a Dios» (Lucas 2:28). De igual modo Ana «dio gracias a Dios» (v.38). Jesús el Salvador es el foco de toda nuestra alabanza y acción de gracias.
Me encantan las palabras de otra canción, escrita por Ben Cantelon, que son una respuesta adecuada en oración y alabanza a todo lo que hoy hemos leído sobre Jesús el Salvador:
Un camino nos dio por el cual nos salvó
Él es nuestro Salvador
Levantamos clamor por su fama y honor
¡Alabar a Jesús!
Quien del mundo es Salvador
Pippa Adds
Lucas 2:21-40
No hay nada que un padre o una madre quiera más que escuchar que sus hijos son elogiados. Tuvieron que estar encantados y quizás un poco sorprendidos, por las profecías extraordinarias dadas por Simeón y Ana. Pero también no hay nada más doloroso que ver a los hijos sufrir; «una espada te atravesará el alma» (v.35b). Iban a pasar por mucho, pero cuando se revelara el cuadro completo habría merecido la pena todo.
References
Nueva Versión Inernacional (NVI)
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Con un estimado de más de 2 millones de usuarios en todo el mundo desde 2009, la Biblia en un año es un excelente plan diario de lectura de la Biblia. Cada día, recibirá una lectura de un Salmo o un Proverbio, una lectura del Nuevo Testamento y una lectura del Antiguo Testamento. Nicky y Pippa Gumbel luego brindan comentarios profundos, destinados a ser leídos junto con la Biblia para proporcionar una nueva comprensión de los textos. Nicky es el vicario de la iglesia HTB en Londres y pionero de Alpha.
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